Cuatro victorias en los siguientes siete partidos hicieron pensar en una tendencia hacia la normalidad, pero cinco derrotas al hilo desató la emergencia en el club zuliano, que trató de sofocar el incendio despidiendo al mánager Rouglas Odor el pasado 8 de noviembre.
El juego ganado el pasado martes por Bravos de Margarita a Tiburones de La Guaira 8-2 en el Fórum de Macuto, no solo significó la eliminación del equipo salado, sino también la de Águilas del Zulia, que al igual que los litoralenses, nunca mostró un perfil competitivo en la temporada 2021-2022.
El conjunto rapaz inició con mal pie la ronda eliminatoria al caer derrotado en sus tres primeros juegos.
Lo sustituyeron por un veterano de la liga: Marco Davalillo, quien había dejado buenos números dirigiendo a los aguiluchos en la campaña 2019-2020, temporada en la que el conjunto se clasificó tercero en la eliminatoria, con récord de 24-18, y avanzó hasta semifinales, instancia en la que fue derrotado por Cardenales de Lara, a la postre campeón.
Pero los pergaminos de Davalillo tampoco sirvieron para que el equipo levantara vuelo, pues lo recibió con un balance de 4-10 y al momento de su eliminación mostraba un registro de 14-28.
Los zulianos apenas pudieron alcanzar tres seguidillas de dos victorias y antes del juego pautado este miércoles en Maracaibo ante Magallanes habían ganado solo dos de los últimos 10 encuentros y cuatro derrotas en fila.
En una campaña en la que el pitcheo de la liga en general ha quedado a deber, la manera de compensar esa deficiencia es la ofensiva y ahí también fallaron las Águilas, pues figuran últimos en average con .264. Asimismo es el equipo que ha conectado menos hits y cuadrangulares (385 y 20, respectivamente) además de figurar último en careras impulsadas, con 195.
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