La ciudad montañosa padeció hace poco más de una semana inundaciones y deslizamientos de tierra que se han cobrado la vida de 195 personas hasta el momento. La cifra podría seguir aumentando con 69 personas aún desaparecidas; también figuran 811 habitantes que han quedado sin hogar. Se trata de la peor catástrofe de la ciudad, sobre episodios similares ocurridos en 1988 y 2011.
El último martes, precisamente a una semana del inicio de la tragedia, los reportes del Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro y la Policía Civil de Brasil fueron lapidarios luego de marcar un aumento en las muertes a causa de las inundaciones y los deslizamientos de tierra que enterraron un sector de Petrópolis, en el estado de Río.
Sobre el cierre de la jornada, los números oficiales incrementaron a 195 los fallecidos tras las fuertes lluvias, mientras que aún hay 69 desaparecidos que son buscados a contrarreloj. De las personas que perdieron la vida, unas 30 son menores de edad.
Por otro lado, también hay 811 personas que han quedado desamparadas por la destrucción de sus hogares. Alrededor de 1.324 viviendas fueron arrasadas o enterradas por los deslizamientos de tierra.
Las autoridades de Río de Janeiro catalogaron estos sucesos como la peor tragedia de la historia de la ciudad luego de superar las precipitaciones que en 1988 se cobraron 171 vidas. Además, escaló por encima de un hecho similar ocurrido en 2011 y que acabó con la vida de decenas de personas.
La suerte no mejora para Petrópolis dado que este martes retornó la lluvia a la ciudad, lo que obligó a los Bomberos a paralizar las labores de rescate, mediante las cuales se salvaron 24 vidas.
179 fallecidos identificados mediante pruebas de ADN
Defensa Civil activó la sirena de emergencia en los sectores más dañados, pero estas últimas precipitaciones, que volvieron a ser fuertes, no dejaron ningún herido ni nuevos destrozos, aunque sí se produjeron inundaciones en algunos sitios puntuales de la ciudad y complicaron los accesos. Previamente, los Bomberos habían activado el estado de alerta a los residentes de 15 comunidades.
Entretanto, la Policía Civil avanzó con la recolección de ADN para facilitar la identificación de las víctimas. Por medio de este método ya se revelaron 179 fallecidos. Para la búsqueda cuentan con dotaciones de cuerpos de bomberos de otros estados de Brasil y con 36 perros rastreadores.
El municipio señaló que los civiles que quedaron sin hogar tienen habilitada la posibilidad de refugiarse en los inmuebles que pertenecen a las 25 escuelas locales.
El Departamento de Salud de Brasil advirtió de la transmisión de enfermedades. La entidad indicó que aquellas personas que estuvieron en contacto con el agua de la inundación o que sufren lesiones en la piel permanezcan atentos a posibles síntomas.
Con EFE y medios locales