José Basanta, dirigente sindical de Bauxilum y miembro de la ITG, indicó que el aumento salarial anunciado por el Gobierno Nacional es una burla que genera incertidumbre, pues “han desconocido cada uno de los sectores porque anclan al Petro diferentes trámites, como pasaportes e impuestos, pero el salario lo mantienen en bolívares, una moneda devaluada por la hiperinflación galopante que vive el país”.
A juicio de Basanta, “Nicolás Maduro, de manera contradictoria se hace llamar -Presidente obrero” por lo que rechaza “el mal llamado incremento salarial e invita a los trabajadores activos, jubilados y pensionados a sumarse al repudio de esta medida de hambre”.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, “todo trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”. Por ello, es una obligación del Estado garantizar a los trabajadores y trabajadoras del sector público y privado un salario mínimo vital, tomando como referencia el costo de la canasta básica, puntualizó, José Basanta.
De igual forma, los Convenio 95 y 131 de la Organización Internacional del Trabajo, los cuales hablan sobre la protección y la fijación del salario respectivamente, y tienen rango Constitucional, obligan al Estado a garantizar el poder adquisitivo.
La Organización Internacional del Trabajo establece que para la estimación de salario mínimo, debe tomarse en consideración los siguientes aspectos:
Las necesidades de los trabajadores y sus familias en general de salarios en el país, del costo de la vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales.
Los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico, los niveles de productividad y la convivencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo.
Son 31 veces las que Maduro ha ajustado el salario de manera unilateral, por decreto y en total desconocimiento del espíritu, propósito y razón de lo establecido en nuestra Constitución y en los convenios con organismos internacionales.
Las cifras del régimen están sumamente alejadas de la realidad que viven los venezolanos que a diario tratan de cubrir sus gastos con las uñas, enfrentándose a una inflación sostenida desde hace años, con una canasta básica alimentaria que hoy supera los 600$ dólares.
Esta medida no nace de un interés genuino por la protección de la clase trabajadora venezolana que se encuentra hundida en la pobreza; el único objetivo del régimen con este aumento es la evasión de las denuncias presentadas ante la OIT y la proximidad de la visita al país de la Comisión de Encuesta.
Ante esta grave situación es imperativo que la clase trabajadora venezolana, en apego a su tradición democrática y de lucha por las reivindicaciones sociales, levante su voz de manera enérgica y contundente, exigiendo a quien hoy tiene bajo su control las nóminas de los trabajadores de la Administración Publica, que cumpla con el deber que le impone el artículo 91 de la Constitución.
Para finalizar Basanta insiste que en Unidad es las salidas debemos estar en sintonía todos los sectores y gremios del país con fuerza, convicción y fe, avanzaremos en la ruta por la dignificación de la clase trabajadora venezolana.
José Basanta.