Un ataque contra una estación de tren ubicada en Kramatorsk, en el este de Ucrania, ha provocado al menos 40 muertos, incluidos cuatro niños. Según las autoridades locales, miles de personas se habían concentrado ahí en espera de su evacuación.
Entre las víctimas mortales hay cuatro menores, informó a través de twitter el alcalde de la población, Alexander Goncharenko, según el cual, entre los cerca de noventa heridos hay casos “muy graves”, así como personas que han perdido brazos y piernas.
El gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, insistió a través de su cuenta en esa red social en que se trató de un ataque en un punto de concentración “conocido” como lugar donde agilizar la evacuación de las personas.
Kirilenko responsabilizó a “los fascistas rusos” de haber dirigido su ataque con misiles “Tochka-U” en una acción premeditada contra la población civil.
Las autoridades del Donbás llevaban dos día apremiando a la población civil a abandonar esas regiones y advirtiendo de que las tropas rusas preparaban una gran ofensiva para hacerse con el control absoluto de ellas.
Por otra parte, Oleksiy Arestovych, asesor del jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, aseguró que el ataque estuvo precedido de un minucioso reconocimiento del objetivo por parte de Rusia.
“Las tropas rusas atacaron con un misil del tipo Iskander la estación de trenes de Kramatorsk. Hay que comprender que ataques de este tipo van precedidos de un reconocimiento minucioso del objetivo, como mínimo con drones, observando el terreno”, dijo en su cuenta de Facebook que recoge la agencia Ukrinform.
Según Arestovych, se trata de “un misil demasiado caro” y es “demasiado difícil y arriesgado organizar ataques de este tipo”.
“Vieron perfectamente que estaban golpeando a civiles, a primera hora de la mañana, que a esas horas en la estación había miles de personas tratando de salir, familias, niños, ancianos”, agregó.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró en una declaración a través de su cuenta en Facebook que este ataque contra una estación de trenes es la prueba de que Rusia “extermina” a la población civil.
“Este es un mal que no tiene límites. Y si no se castiga, nunca dejará de hacerlo”, añadió Zelenski.
Mientras se sucedían los mensajes de condena por parte de Ucrania, desde Rusia se negaba la responsabilidad del ataque: “El 8 de abril, las fuerzas armadas rusas no tenían misiones de fuego en la ciudad de Kramatorsk y no estaban planificadas”, señaló el Ministerio de Defensa en un comunicado.
En su último parte, emitido la pasada madrugada, el Alto Estado Mayor del ejército ucraniano afirmaba que Rusia seguía preparando su ofensiva en el este, además de continuar asediando Mariúpol, en el mar de Azov.
“En el territorio de las provincias de Donetsk y Luhansk, en las últimas 24 horas se rechazaron siete ataques enemigos”, aseguró el alto mando militar de Ucrania.
Fuerzas prorrusas habían afirmado el jueves que habían capturado el centro de Mariúpol, el estratégico puerto en el Mar de Azov que es asediado y bombardeado por las tropas rusas desde hace días, pero Ucrania afirmaba que sus tropas seguían resistiendo.
Rusia advirtió ya, al dar por terminada la fase primera de su operación militar en Ucrania, que sus operaciones se concentrarían en el Donbás, donde están las autoproclamadas repúblicas separatistas, cuyo reconocimiento por parte de Moscú precedió a la invasión de Ucrania.
La Patilla