Esa semana ocurrió algo inédito en Argentina: dos bancos anunciaron que comenzarían a ofrecer el servicio de compra y venta de criptomonedas a sus clientes. La noticia impactó por varios motivos: primero, por el calibre de las instituciones involucradas; segundo, porque marcaba un cambio total en la postura de la banca tradicional ante la adopción de Bitcoin y otros activos digitales, a los que históricamente se opuso con ferocidad; y tercero, porque el furor duró poco. Apenas 48 horas más tarde, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) prohibió esta actividad y todo volvió a foja cero.
Sin embargo, esto ha desatado un muy interesante debate en el que convergieron la política, la situación socioeconómica del país, la inflación, la economía informal, los controles cambiarios, la necesidad de los bancos de encontrar nuevos instrumentos financieros para atraer al público por fuera de los convencionales, y la polarización que la noticia provocó entre empresas, usuarios y desarrolladores del ecosistema cripto argentino.
Pero antes de avanzar en un análisis más detallado sobre este tema, vamos a los hechos. El lunes 2 de mayo, se conoció que Banco Galicia, el banco privado más importante de Argentina, incorporaba la compra y venta de criptomonedas en su plataforma de homebanking. Así, sus clientes podían elegir entre una serie de activos como Bitcoin, Ethereum, USDC y Ripple (XRP), para operar directamente desde sus cuentas bancarias en pesos.
La noticia llegó acompañada de que Brubank, uno de los bancos 100% digitales de Argentina, también sumaba dicha posibilidad. Ambas entidades financieras se aliaron con una firma llamada Lirium para la provisión de las criptodivisas y comenzaron su operatoria con un número limitado de usuarios. La expectativa era ampliar el alcance de la oferta con el paso del tiempo, por supuesto.
Vale mencionar que hubo otro banco argentino que comenzó a experimentar con criptomonedas recientemente, aunque su caso pasó prácticamente desapercibido. Hablamos de Reba (Rebanking, anteriormente), que también opera por completo de forma digital.
Para incredulidad de muchos, los bancos argentinos comenzaron a operar con criptomonedas
La noticia de que Banco Galicia y Brubank comenzaban a comercializar criptomonedas generó sorpresa en el común de la gente, así como opiniones divididas. El ambiente cripto se mostró un tanto contrariado ante esta nueva opción; algunos de sus exponentes criticaron que las instituciones solo permitieran comprar y vender los activos, y no ingresarlos o retirarlos mediante wallets de terceros.
Otros vieron la movida como un manotazo de ahogado por parte de las entidades financieras; o incluso como un «truco» para controlar el posible movimiento de dinero no declarado ante AFIP, el organismo tributario argentino, escudándose en la popularidad que están ganando entre la población.
Según publica El Cronista, el 74% de los argentinos estaría dispuesto a comprar criptoactivos para usarlos como método de ahorro o inversión. Esa afirmación no se debe tomar a la ligera, sino como una clara demostración de que los instrumentos bancarios tradicionales ya no son suficientes para atraer a un público que, de por sí, históricamente desconfía de estas entidades. En tal sentido, la huella del Corralito de 2001 ha probado ser imborrable pese al paso del tiempo.
Además, con una inflación anual pronosticada nuevamente por encima del 50%, ya ni siquiera la alta tasa de interés que pagan los bancos a los depósitos en plazo fijo (que hoy está en 46%) sirve para conformar a los pequeños ahorristas. Allí es donde las criptomonedas aparecen como una opción para tratar de hacer una diferencia, incluso pese a la reconocida volatilidad de activos como Bitcoin y Ethereum. Las stablecoins, en tanto, son el refugio de la dolarización para quienes buscan evadir los férreos controles cambiarios impuestos actualmente.
Damián Di Pace, de la consultora Focus Market, le manifestó recientemente a The Wall Street Journal que los trabajadores prefieren un activo volátil antes que el peso porque sabe que con este último «perderán siempre».
La banca, como puerta de acceso al mundo cripto
No obstante, más allá de la reticencia y la desconfianza, también hubo una mirada positiva del involucramiento bancario en el mundo cripto. De acuerdo con especialistas, los bancos están lejos de ser la solución ideal para el uso de criptomonedas, pero pueden cumplir un rol crucial en facilitar la experiencia a los usuarios más nuevos que aún no conocen en profundidad de qué se trata la tecnología que las potencia.
«¿Tener criptomonedas en un exchange o un banco es lo más recomendable? En general no, pero depende de quién seas, qué capital tengas, para qué, y cuánto sepas de tecnología. Más allá de eso, los CEX [exchanges centralizados] fueron, son y van a seguir siendo por un tiempo la mayor puerta de entrada al mundo cripto», publicó Pablo Sabbatella, de DefyEducation; y agregó: «Creer que la industria va a crecer rápidamente en usuarios activos en base a la experiencia de usuario actual de las plataformas custodial es no querer ver la realidad. Los exchanges centralizados y bancos le dan al usuario nuevo una experiencia más simple y más cercana».
Nicolás Bourbon, del equipo de Muun, una wallet de Bitcoin de reconocimiento internacional, también se manifestó por esa línea. «Paso a paso, gente, no se desesperen. Elijan sus batallas. El solo hecho que un banco tan grande no tenga otra opción que incorporar BTC, ETH, etc., ya es un paso gigante. En el año 2013 este banco [por Galicia] me negó una cuenta para habilitar un exchange. Así que primero te ignoran, luego pierden», tuiteó, y agregó: «Obviamente que yo abogaré por el self custodianship y no bajaremos los brazos, pero no deja de ser positivo porque le da un enorme respaldo a Bitcoin como algo que ya no es ‘raro’. En el imaginario de la gente seguirá naturalizándose, para después ir aprendiendo. […] Mientras más se naturalice, mientras más normal sea para la gente tener una fracción, más fácil podremos explicarle cómo tener la custodia. Insisto, como bitcoiner todos tenemos un objetivo final, pero hasta hace unos años países, empresas y bancos te ignoraban. Ya no».
El furor duró poco
Como dijimos al comienzo, el Banco Central de la República Argentina le bajó el pulgar a la operatoria con criptomonedas en instituciones bancarias apenas 48 horas después de los anuncios de Banco Galicia y Brubank. En una circular, el BCRA indicó que «desalienta la oferta de criptoactivos a través del sistema financiero» para «mitigar los riesgos asociados a las operaciones con estos activos que podrían generar para las personas usuarias de servicios financieros y para el sistema financiero en su conjunto».
Esto resultó un baldazo de agua helada para la banca tradicional, que por fin se animaba a acercarse al Bitcoin y otras criptomonedas. Según publica Infobae, los bancos habían solicitado permiso al Banco Central para llevar adelante esta operatoria y habían recibido el visto bueno. El citado informe incluso indica que se les manifestó que «si no estaba prohibido, estaba permitido».
Lo cierto es que la práctica ahora ha sido prohibida y se desconoce qué provocó el cambio de postura en apenas un par de días. No obstante, se han formulado varias hipótesis con el correr de las horas; la más factible, el impacto que podría tener sobre el convenio entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional para refinanciar una deuda de 45.000 millones de dólares. De hecho, el acuerdo técnico entre las partes incluye un inciso en el que se habla específicamente sobre el tema. «Para salvaguardar mejor la estabilidad financiera, estamos tomando medidas con el objetivo de desalentar el uso de criptomonedas con miras a prevenir el lavado de dinero, la informalidad y la desintermediación», indica el documento del FMI.
¿Qué ocurrirá con quienes ya compraron criptomonedas a través de bancos? Las entidades ya trabajan para resarcir a sus clientes, aunque ya se ha aclarado que los volúmenes operados fueron bajos. Banco Galicia, por ejemplo, informó a sus usuarios que podrán vender los criptoactivos para recuperar la inversión, y además les entregará una compensación.
La banca tradicional y las criptomonedas seguirán por caminos separados, por ahora
El fiasco de los bancos argentinos y su primera experiencia con las criptomonedas pone de manifiesto la falta de reglas claras para operar en el país. Históricamente se ha acusado a la banca tradicional de no innovar, de ser arcaica, y la gran mayoría de las veces ha sido con razón.
No por nada Argentina desarrolló un muy saludable ecosistema fintech que se propuso dar soluciones a la población marginada por las entidades financieras convencionales. Ualá y Mercado Pago son una prueba cabal de ello, y, nos guste o no, las plataformas de intercambio de criptomonedas también.
Por ello, son incomprensibles las idas y vueltas que ha dado el BCRA en esta historia. Por primera vez en mucho tiempo, los bancos se preparaban para salir de su zona de confort; pero todo quedó en la nada porque la autoridad monetaria decidió echar todo por la borda de la noche a la mañana. Claramente, no es el modo más apropiado de intentar generar confianza entre el público.
De momento, todo hace pensar que la banca tradicional y las criptomonedas continuarán transitando caminos por separado por un buen tiempo. Y no por falta de voluntad, sino por falta de decisión.
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