El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, destituyó ayer al jefe del servicio de seguridad nacional, el SBU, y al fiscal del Estado, por los cientos de casos de supuesta traición y colaboración con Rusia que tuvieron lugar en sus agencias. Se trata de la mayor purga de altos cargos en su gobierno desde el inicio de la invasión el 24 de febrero.
De acuerdo con el mandatario ucraniano, más de 60 empleados del servicio de seguridad y de la fiscalía han trabajado contra Ucrania y en favor de Rusia en los territorios ocupados por las fuerzas rusas y prorrusas. En total, las autoridades ucranianas están investigando 651 casos de supuesta traición entre miembros de las fuerzas del orden.
La destitución el domingo de Ivan Bakanov, jefe del servicio de seguridad y amigo de la infancia de Zelenski, y de la fiscal general Irina Venediktova, que dirigía los esfuerzos para perseguir los crímenes de guerra rusos, y el gran número de casos de traición revelan el enorme desafío de la infiltración rusa mientras Kyiv lucha contra Moscú en una batalla por la supervivencia.
El gobernante reveló además que se habían detectado conexiones entre fuerzas de seguridad ucranianas y los servicios especiales de Rusia, lo que «constituía un crimen contra los cimientos de la seguridad nacional y plantea cuestiones muy serias a los dirigentes involucrados», señaló Zelenski en un discurso emitido anoche.
El Universal