Los precios mayoristas de la electricidad volverán a subir en Europa el próximo invierno, sobre todo en Reino Unido, Alemania y muy particularmente en Francia, según la AIE, mientras en España la progresión será más moderada, aunque continuará durante 2023 en niveles históricamente elevados.
En un informe sobre el mercado de la electricidad publicado este miércoles, la Agencia Internacional de la Energía analiza las primeras consecuencias de la guerra en Ucrania para Europa por su fuerte dependencia de Rusia, de donde procedían en 2020 casi 30% del gas que consumía, más de 20% del petróleo y 12% del carbón.
Sobre la base de un índice de base 100 a comienzos de 2016 que se toma como referencia, los precios en Francia y en Alemania ya son ahora 10 veces superiores (1.000 puntos).
Pero la escalada se va a acelerar este invierno, justo para cuando se temen problemas de suministro o una nueva escalada del gas si se confirma que Rusia cierra los grifos totalmente a Europa.
Los autores del estudio prevén que en Francia los precios se tripliquen de aquí a finales de año (hasta 3.000 puntos), mientras en Alemania podrían casi duplicarse, hasta cerca de 1.750 puntos.
En 2023 deberían bajar en ambos países en la primera parte del año pero para volver a encarecerse en la segunda y terminar en torno a los 1.500 puntos, es decir quince veces el precio que tenían a comienzos de 2016.
En el Reino Unido, el informe augura que pasarán de un nivel 500 actualmente a cerca de 1.250 en el cuarto trimestre, antes de bajar del umbral de los 750 en la segunda mitad del año próximo.
Falta de transparencia sobre el tope al gas
En España, la evolución es significativamente diferente, ya que se constata un descenso desde el pico del primer trimestre de 2022, cuando los precios llegaron a estar 7,5 veces por encima de la base 100 de comienzos de 2016 (índice 750).
Esa rebaja en verano a un nivel inferior a los 500 puntos coincide con la puesta en marcha en junio en el mercado ibérico del nuevo dispositivo con un tope de precio del gas.
Un dispositivo sobre el que los expertos de la AIE hacen una advertencia porque consideran que no es suficientemente transparente: «Los costes reales de la electricidad no son completamente visibles porque las plantas de gas tienen que ser compensadas».
A falta de una clarificación sobre ese punto, anticipan que los precios van a crecer de nuevo desde finales de 2022 y durante 2023, para terminar ese ejercicio en torno a los 700 puntos, lo que significaría un megavatio hora siete veces más caro que al comienzo de 2016.
El gas y el carbón se van a encarecer más
Detrás de esta explosión de tarifas en Europa está en primer lugar la incertidumbre sobre el suministro de gas desde Rusia, que han llevado sus precios a máximos históricos en Europa, con 107 dólares por megavatio hora en el mercado de referencia TTF, lo que supone quintuplicar la cotización media en ese mismo periodo del año para el cuatrienio 2017-2021.
El carbón, que se utiliza para generar electricidad en el Viejo Continente, también se han disparado en la primera mitad del año, aunque no tanto: los 281 dólares por tonelada de media son cuatro veces los de ese mismo periodo de referencia 2017-2021.
Y de cara a la segunda mitad del año, los autores del estudio estiman que van a seguir encareciéndose tanto el gas (58%) como el carbón (20%), antes de una relativa caída en 2023 de 7% (para el gas) y de 18% (para el carbón).
Tanto el carbón como sobre todo el gas siguen teniendo un peso relevante en la generación de electricidad en la Unión Europea. En 2021 representaron 16% y 19%, respectivamente.
El Nacional