El Ministerio de Asuntos Exteriores de China convocó este martes al embajador de Estados Unidos en Pekín, Nicholas Burns, por la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi.
«El viceministro de Exteriores chino Xie Feng ha sido autorizado a convocar urgentemente al embajador de EEUU en China, Burns, al Ministerio de Exteriores para expresarle una firme protesta a EEUU en nombre del Gobierno de China por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU Pelosi a Taiwán», señala el comunicado de la Cancillería china, citado por Sputnik.
Pelosi cometió una provocación premeditada, según Xie Feng, a pesar de la condena universal de sus acciones, violando gravemente el principio de «una sola China» y las disposiciones de tres comunicados chino-estadounidenses.
«El Gobierno de EEUU debe asumir la responsabilidad de estas acciones», subrayó el diplomático chino, quien instó a Washington a pagar por sus errores y rectificarlos.
Subrayó que EEUU debe también tomar medidas para eliminar las consecuencias negativas del viaje de Pelosi a la isla y no realizar más actos de provocación.
Pelosi llegó este martes a Taiwán pese a las advertencias del gobierno de China, que prometió no quedarse de brazos cruzados ante lo que califican como un acto de provocación política.
A través de un comunicado, la cancillería china afirmó que tomará «todas las medidas necesarias para proteger decididamente la soberanía estatal y la integridad territorial».
En el marco de este escenario, Pekín anunció el inicio de ejercicios militares cerca de Taiwán, la isla que califican como una ‘provincia rebelde’ tras romper relaciones en 1949 después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago.
Las relaciones entre Taiwán y la China continental se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
La política fundamental del Gobierno chino respecto a Taiwán es la reunificación pacífica bajo el principio «un país dos sistemas».
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