La gran afluencia de inmigrantes que llegan a Estados Unidos con estatus irregular por la frontera sur ha llevado a la Administración Biden a implementar un programa de carácter humanitario para ciudadanos de Venezuela, informaron altos funcionarios este miércoles.
Se trata de un “esfuerzo integral”, dijo uno de los funcionarios en rueda de prensa telefónica, y anunció que el nuevo plan le abrirá las puertas a 24.000 venezolanos que califiquen para entrar en Estados Unidos.
“Las personas no necesitan estar en Venezuela para acceder a este proceso (…). Anticipamos que habrá venezolanos que, algunos que están en Venezuela, pero otros que han huido del país por una variedad de razones diferentes, que pueden buscar acogerse a este proceso y pueden volar desde donde están, sin tener que seguir haciendo el peligroso viaje a Estados Unidos”, detalló el vocero del gobierno.
El anuncio se produce en un momento en que el flujo de migrantes y refugiados venezolanos en Latinoamérica sigue en aumento y la mayoría enfrenta necesidades básicas, de acuerdo con un informe divulgado este miércoles por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Acnur.
De los 5.96 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela acogidas en 17 países de América Latina y el Caribe, tres cuartas partes, 4.37 millones, aún enfrentan dificultades para acceder a alimentos, vivienda, salud y empleo estable.
También se ha disparado como nunca antes el flujo de migrantes hacia Norteamérica por la peligrosa jungla del Darién, en la frontera de Panamá con Colombia, según la OIM y la Acnur, que formularon un llamado urgente a la comunidad internacional a no dejar solos a los países vecinos que dan acogida a los desplazados.
El número de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo ha superado los 7,1 millones. Están en gran mayoría alojados en países de América Latina y el Caribe, 5.9 millones, un 84% del total. La mayoría ha estado desplazada durante muchos años fuera de su país y la salida persiste.
Poco después de la rueda de prensa telefónica, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) explicó que “con vigencia inmediata, los venezolanos que ingresen a Estados Unidos entre puertos de entrada, sin autorización, serán devueltos a México”.
Para ser elegibles para este programa, los venezolanos deberán cumplir con los siguientes requisitos:
Tener un patrocinador en Estados Unidos que le brinde apoyo financiero y de otro tipo.
Pasar rigurosos controles biométricos y biográficos de seguridad nacional y seguridad pública.
Presentar certificados de vacunas y otros requisitos de salud pública (sin detallar todavía).
En cambio, no son elegibles si:
Se ha ordenado su expulsión de Estados Unidos en los cinco años anteriores.
Si ha cruzado sin autorización entre puertos de entrada después de la fecha del anuncio.
Si ha ingresado irregularmente a México o Panamá después de la fecha del anuncio, es residente permanente o con doble nacionalidad de cualquier país que no sea Venezuela, tiene actualmente la condición de refugiado en cualquier país; o no han completado las vacunas y otros requisitos de salud pública.
El DHS especifica que los ciudadanos venezolanos no deberán viajar a México para intentar ingresar a Estados Unidos.
Las sanciones se mantienen
También el miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que la Administración Biden seguirá con su política de duras sanciones a Venezuela mientras el Gobierno de Nicolás Maduro no ponga en marcha acciones concretas de cambios democráticos.
Sus declaraciones tuvieron lugar a menos de dos semanas de que Venezuela excarcelara a siete presos estadounidenses a cambio de que Washington liberara a dos sobrinos de la primera dama venezolana que permanecieron detenidos dos años por condenas de narcotráfico. El intercambio de presos representó un inusual retroceso en las hostilidades entre ambos países, después meses de negociaciones diplomáticas.
Tras el intercambio de presos algunos analistas pensaron que se podría crear espacio para que las sanciones fueran relajadas, pero Blinken dijo que una revisión de la política sólo será posible si Maduro avanza en un diálogo con la oposición política venezolana para convocar a elecciones.
“Nuestra política no ha cambiado y continuaremos implementándola”, expresó Blinken en una mesa redonda con un puñado de periodistas hispanos. “Lo que estamos buscando es que el régimen vuelva de manera genuina a dialogar y, en ultima instancia, a negociar”.
VOZ DE AMÉRICA