La directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, Anitza Freitez, explicó que los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida arrojaron que disminuyó en 190.000 alumnos la tasa de inscritos entre la población de 3 a 17 años, cifra que se suma a los 550.000 menos del año anterior. En total, hay un millón y medio de niños menos en el sistema educativo venezolano.
Esas dificultades para acceder al sistema educativo son diferenciadas según la situación de pobreza. La población en situación de pobreza extrema tiene una exclusión educativa todavía mayor. Y si vemos, por ejemplo, el programa de alimentación escolar, que puede ser un incentivo para la inclusión educativa, también arroja problemas de focalización», dijo.
En entrevista detalló que hay una cuarta parte de los escolarizados en pobreza extrema que no reciben el beneficio del programa de alimentación escolar, un sistema que debería aplicarse donde los ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades agroalimentarias.
Para que la brecha entre la población pobre y no pobre en el área educativa disminuya, hace falta que el programa de la alimentación escolar funcione, que las compensaciones monetarias de las familias se destinen a la educación de los niños y se debe garantizar que los docentes tengan las condiciones óptimas para asistir a las aulas, aseguró.
Destacó que las cifras representan a los niños que nunca han sido parte de la escolaridad y aquellos que desertaron después de la pandemia. El menor rango de cobertura educativa es en la población del período preescolar.
Agregó que los adolescentes no se interesan en la oferta académica que hay en el país, por eso existe una alta deserción en la educación media.
La también directora del Observatorio venezolano de migración explicó que de 6 millones de venezolanos que emigraron desde el año 2015, solo 4 o 6 % ha vuelto al país, según el sondeo de la Encovi.
Descarta que haya un retorno masivo de connacionales al territorio debido a que la integración de estos ciudadanos en sus lugares de destino aumentó con los años y muchos han procurado la reunificación familiar en otras latitudes.
«En la medida en que esa población está en situación regular tiene mayores oportunidades de insertarse laboralmente en mejores condiciones y puede estar vinculado con esta necesidad de reunificar la familia en el lugar donde se han establecido (…) Todavía los incentivos que se necesitan para que se regrese a Venezuela no están dados», expresó.
Subrayó que, a pesar de las señales de recuperación en la actividad económica local recogidas en la encuesta Encovi, los venezolanos mantienen incertidumbre sobre la sosteniblidad de esos cambios.
Con información de unionradio.net
