Un nuevo análisis de sangre puede detectar proteínas “tóxicas” años antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Liderado por la Universidad de Washington (Estados Unidos), el trabajo constata que la prueba —aún en ensayo— podría ayudar a identificar a aquellos individuos en riesgo o que están empezando a desarrollar el mal, y abrir la puerta al desarrollo de tratamientos tempranos para el alzhéimer.
Hoy en día, por lo general, los pacientes reciben el diagnóstico solo después de presentar signos bien conocidos de la enfermedad, como la pérdida de memoria, describe un comunicado de la citada universidad, que recuerda que en ese momento las mejores opciones de tratamiento se limitan a ralentizar la progresión de los síntomas.
Pero la investigación ha demostrado que “las semillas” del alzhéimer “se plantan” años antes —incluso décadas— de que aparezcan los trastornos cognitivos que hacen posible actualmente el diagnóstico.
El equipo de la Universidad de Washington describe una prueba de laboratorio que puede medir los niveles de oligómeros de beta amiloide en muestras de sangre.
Los científicos testaron la prueba —conocida por el acrónimo SOBA— en muestras de sangre de 310 sujetos que previamente las habían facilitado, así como algunos de sus historiales médicos para la investigación del alzhéimer.
El equipo está trabajando ahora con científicos de AltPep, una empresa biotecnológica derivada de la Universidad de Washington, para convertir SOBA en una prueba de diagnóstico de los oligómeros.
El estudio también demostró que SOBA podría modificarse fácilmente para detectar oligómeros tóxicos de otro tipo de proteínas asociadas al párkinson y a la demencia de cuerpos de Lewy.
La República