Hoy vamos a preparar unas croquetas de jamón. Pero no unas cualquiera. Estas croquetas son muy cremosas y tienen mucho sabor. Para lograrlo, veremos una serie de trucos y consejos. Con ellos, obtendremos la croqueta soñada, crujiente por fuera, cremosa por dentro y llena de sabor, a jamón en este caso que, es lo que buscamos. Para comenzar a hacer estas croquetas de jamón caseras, lo más importante son las cantidades así que, apunta.
Ingredientes para 25 unidades
800ml de leche
200ml de nata para cocinar
90ml de aceite de oliva o mantequilla
90g de harina de trigo
1/2 cebolla (opcional)
250g de jamón picado
1/2 cucharadita de nuez moscada
3 huevos y pan rallado
Sal y pimienta blanca
Aceite para freírlas
Preparación
En una cazuela, ponemos la leche, la nata y una pizca de sal. Calentamos mientras removemos. Cuando esté a punto de alcanzar el hervor, apagamos el fuego, tapamos y dejamos infusionar, para que la leche coja bien el sabor del jamón.
En otra cazuela más grande, ponemos los 90ml de aceite de oliva o mantequilla y calentamos a fuego medio. Cuando esté caliente añadimos la cebolla y echamos una pizca de sal. Dejamos cocinar 5 minutos.
Si no quieres añadir cebolla, sáltate el paso anterior y ve directamente a éste. Añade la harina y mezcla bien. Deja que se tueste durante un par de minutos, siempre a fuego moderado. Así quitaremos el sabor a crudo, pero sin que se queme. Es importante, para que queden bien cremosas, utilizar las proporciones que doy aquí porque si añadimos más harina y aceite, quedarán unas croquetas de jamón muy duras. Si añadimos menos, quedarán demasiado líquidas. Tanto que se desharán en la fritura.
Cuando la harina se haya tostado un poco, añadimos la mezcla de leche y nata que, ya estará bien infusionada del sabor a jamón. Pero lo hacemos poco a poco. Añadimos un par de cucharones y con una varilla, para que se oxigene la bechamel y quede bien fina y sin grumos, mezclamos bien. Esperamos que la base de harina y aceite (conocida como roux) absorba la leche. Al principio, quedará una especie de mazacote que se pegará hasta la varilla. No pasa nada. Volvemos a echar otros dos cucharones más. Volvemos a esperar que la roux vuelva a absorber y finalmente, añadimos lo que nos reste de golpe. Mezclamos y ya tenemos la salsa bechamel hecha. Quedará relativamente líquida pero con bastante cuerpo.
Es el turno de añadir el jamón picado, la nuez moscada, la pimienta blanca y rectificar de sal. Dejamos cocer esta bechamel a fuego suave durante diez minutos más, mientras removemos con frecuencia.
Hecho todo esto, apagamos el fuego, esperamos a que se temple unos 30 minutos. Después tapamos y lo metemos en el frigorífico. Vamos a dejar que la masa de las croquetas de jamón se enfríe y se asiente por completo. Entre 4 horas y una noche entera.
Pasado el tiempo lo sacamos y cogemos una cucharada de la masa -Aunque puedes darle el tamaño que quieras-. Con las manos le damos forma de croqueta y la pasamos primero por huevo batido. Después por pan rallado. Que se impregne bien de estos dos ingredientes. Reservamos en un plato hasta haber terminado con toda la masa.
Ahora dos opciones. Si las quieres freír en el momento, mételas en el congelador diez minutos, para que se asiente la masa sobre la croqueta. Si no, puedes guardarlas en la nevera hasta el momento de freír.
Finalmente freír en abundante aceite. Mejor que el aceite las cubra por completo, para que no estallen al freírse. Pasados uno o dos minutos, cuando estén doradas por fuera y calientes por dentro, las ponemos en papel absorbente, antes de servirlas.
Estas croquetas de jamón caseras quedan muy cremosas y deliciosas. Llevan un poco de trabajo pero cuando veas cómo desaparecen de la mesa ¡Será un trabajo que sin duda ha merecido la pena! Una elaboración perfecta para incluir dentro de tus recetas de Navidad y además también es una buena idea si quieres utilizar las sobras de tu comida para hacer unas deliciosas croquetas. Puedes hacerlas también con carne o pescado.
Con información de www.cocinacaserayfacil.net