Ver el dolor de una persona de nuestro entorno a la que queremos y no saber cómo ayudarla es un sentimiento de lo más frustrantes. Especialmente si se trata de un amigo o familiar con trastorno de la conducta, como la depresión, donde es tan difícil pedir ayuda y tan complicado poder mostrar apoyo. A veces, el simple hecho de querer echar una mano a quien la padece resulta ser todo un desafío, pero no es una misión imposible.
Teresa Borchard, fundadora de Project Beyond Blue , una comunidad online para personas con depresión crónica y ansiedad, y editora asociada de PsychCentral, sufrió depresión durante mucho tiempo y ahora trata de informar sobre cómo afrontarla y lo que es más importante, cómo ayudar y dejarse ayudar. Aquí os dejamos algunas claves en el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión (13 de enero9:
9 formas de ayudar a una persona con depresión
La depresión es un proceso de recuperación de al persona que lo padece en el que nosotros, como personas externas a ese trastorno, no podemos interferir. Pero sí podemos mostrar apoyo y ayuda, aunque antes hay que tener en cuenta que muchos de quienes la sufren no saben, no pueden o no quieren expresar sus necesidades, lo que dificulta aún más la ayuda.
Pero no hay que tirar la toalla y, de la mano de expertos de Inmens, un portal de contenidos y servicios para los trastornos de la conducta, y muestran 9 claves y consejos para ayudar a un amigo o familiar que está pasando por una depresión:
- Aprender sobre la depresión. Antes de poder prestar auxilio, es esencial estar informado sobre el asunto en el que queremos intervenir, especialmente cuando se trata de algo tan delicado como la salud mental. Pero no solo eso, sino que también ayuda ponerse al día con otros trastornos del estado de ánimo. La fuente de información siempre ha de ser oficial y fiable. Teresa Bochard apunta, por su parte, que no se trata de un mero contexto, sino de una manera de ayudar a quien ayuda a controlar la situación y «aportarle paciencia para poder tolerar los síntomas de confusión y frustración» de la depresión.
- Dar con la raíz del problema. Para eso, no hay otra forma de indagar que preguntando al familiar o amigo que está pasando por ese trastorno. No basta con un ‘¿estás bien?’ o ‘¿cómo te sientes?’, sino adentrarse en qué le ha hecho sentirse así o cuándo empezó a presentar los síntomas. «Lo más probable es que su amigo no te dé voluntariamente la información porque está demasiado avergonzado de los síntomas y tiene miedo de que lo juzguen», apunta Borchard. Pero aquí aporta algunas preguntas que pueden ayudar:
- ¿Cuándo empezaste a sentirte mal?
- ¿Se te ocurre algo que pueda haberlo desencadenado?
- ¿Tienes pensamientos suicidas?
- ¿Hay algo que te haga sentir mejor?
- ¿Qué hace sentir peor?
- ¿Estás bajo estrés?
- Confrontar el estrés. Si la respuesta a la última pregunta es afirmativa, algo que normalmente suele ocurrir; entonces lo primero es identificar la fuente de ese sentimiento y afrontarlo. Desde Inmens señalan que las técnicas de relajación y respiración ayudan en esta tarea. Un estudio realizado en 2017 en Scientific Reports con ratas demostró que el estrés reduce la capacidad innata del cerebro para mantenerse saludable y afecta a las estrategias de afrontamiento, por lo que una persona se vuelve más vulnerable ante los cambios de humor. Para combatirlo, hay que buscar la forma de poder reducir los niveles. «No tienen que ser cambios dramáticos, sino pequeños ajustes a su día», aconseja la fundadora de Project Beyond Blue.
- Animarle a buscar grupos de apoyo. Los expertos aseguran que participar en grupos de apoyo ha demostrado tener beneficios en síntomas psicológicos y hablar con personas con las que poder desahogarse e intercambiar experiencias; pero, sobre todo, otros individuos que puedan recordar a tu amigo o familiar que no está solo/a.
- Recordarle que puede hacerlo. La experta en depresión recuerda una frase del doctor DePaulo en el libro Entendiendo la depresión: Lo que sabemos y lo que puedes hacer: «Cuando tienes depresión no crees que merezcas amor». Por ello, es importante hacerle saber a esa persona que es capaz de salir como una forma de que se sienta querida y de reforzar su autoestima. «Cita momentos en su vida en los que fue un ejemplo de coraje, resistencia, compasión, integridad y perseverancia. Usa fotos, si tienes, de logros en el pasado o victorias que reforzarán su confianza y le animarán a seguir el camino de la curación», anota Borchard.
- Hacerle reír. El humor es la mejor cura de casi todos los males, sino que se lo cuenten a los expertos en risoterapia, y desde Inmens sostienen que puede ayudar a hacer frente de forma más positiva y otros expertos aseguran que la reír es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra propia salud.
- Hacerle saber que no siempre se sentirá así. La depresión no es permanente, e igual que se le recuerda que esa persona es capaz de salir de esta situación, también hay que transmitirle que no es un trastorno de por vida. «Es una simple declaración de verdad que contiene el elemento sanador más poderoso de todos: la esperanza. Como amigo o miembro de la familia, tu trabajo más difícil es lograr que vuelvan a tener esperanza».
- Escucharle. No todo el trabajo debe ser intervenir y abordar, sino también dejar hablar a la persona con depresión porque, como recogen en Inmens, «la escucha activa puede ayudar a hacerlo sentir mejor». De hecho, este sería, en la opinión de Teresa Borchard, el único paso o consejo que es obligatorio seguir si quieres apoyar a un amigo o familiar con este trastorno es abrir los oídos.
- Prestar ayuda profesional. A veces, nada de esto funciona y es entonces cuando toca recordar que hay que recurrir al asesoramiento de profesionales porque una persona con depresión requiere de un tratamiento especializado.
La Patilla