Laura Marcos destaca que dedicarse a la ciencia en su país «es complicado, no hay programas de becas predoctorales como existen en España», y de ahí la razón de su cambio de residencia.
Ella se licenció en Venezuela y afirma que estudió bioanálisis «por vocación», pero por la falta de ayudas se mudó a España, donde realizó un máster y un doctorado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Actualmente, trabaja para el instituto de alimentación e investiga sobre «el microbioma intestinal, origen de muchas enfermedades».
Confiesa que se sorprendió mucho cuando llegó a España, por las ayudas que se le presentaron cuando vino, pero también reconoce que «en cuanto te vas adentrando en el sistema, ves que hay problemas estructurales».
Insiste en que las posiciones relevantes las ocupan en la actualidad los hombres, «por lo menos en la ciencia», pero quiere creer que gracias a las ayudas que se están poniendo en marcha, «a la larga llegará a ser normal, no se tendrá que mirar la presencia de las mujeres y será algo que se normalice por completo».
En su opinión, la manera de solucionar la brecha de género es «dar a conocer que somos muchas mujeres en el sector», y reconocer su valor.
EFE