El Tíbet es una zona prohibida para los vuelos comerciales debido a su altura que exige una presurización constante de las cabinas, lo que aumenta el riesgo de descompresión.
Además, el rendimiento de los motores se ve afectado significativamente a estas alturas.
Las cabinas están diseñadas para mantener un ambiente seguro y cómodo, pero en caso de fallar, los protocolos de seguridad exigen un rápido descenso a una altitud donde haya oxígeno respirable.
Descender a esa altitud sobre el Tíbet puede ser problemático por el terreno montañoso, que al ser accidentado y no tener lugares adecuados para aterrizajes de emergencia complican aún más los vuelos en esta región.
Los protocolos de seguridad dictan que las rutas de vuelo deben incluir puntos de aterrizaje de emergencia accesibles, algo que el terreno montañoso del Tíbet dificulta considerablemente.
Clima del Tíbet
Las condiciones climáticas son otro factor que complica la aviación, la región es conocida por sus patrones climáticos impredecibles, lo que incluye tormentas repentinas y fuertes turbulencias.
Esto representa un riesgo adicional para los vuelos, pues los pilotos pueden encontrar dificultades para mantener la estabilidad del avión.
Con información de Infobae