Un reciente estudio del Instituto de Economía Laboral (IZA) de la Universidad de Bonn ha cambiado una creencia arraigada: la cerveza, lejos de ser una enemiga de la salud, podría ser una buena aliada. Además de cuestionar la calidad del agua que ingerimos actualmente.
Según los investigadores, el alcohol presente en la cerveza cuenta con propiedades antisépticas, lo que terminaba asegurando aún más a su calidad para el consumo humano. «Como el alcohol mataba muchos microorganismos perjudiciales, era más seguro beberlo que el agua», explicaron.
«Aunque la gente no reconociera que la cerveza era una opción más segura, beber cerveza habría sido una mejora involuntaria con respecto al agua y, por lo tanto, podría haber contribuido a mejoras en la salud humana y el desarrollo económico durante el período que investigamos», explica el informe.
Además, según explica el informe, representa menos riesgos de contaminación debido a su proceso de elaboración, mientras que el cambio climático provoca que el agua que bebemos pueda estar más contaminada de lo que creemos.
Con información de La Razón