El costo del petróleo vuelve a subir ante la escalada en Oriente Medio entre Israel y el Líbano, mientras que a finales de septiembre el oro negro se abarataba hasta 4% por el temor a un exceso de oferta en el mercado petrolero.
Los futuros del crudo WTI (una corriente de crudo producido en EEUU) para noviembre subieron hacia 69,4 dólares por barril a las 10:00 GMT. A su vez, el Brent, que marca la referencia en los mercados europeos, superaba los 72,8 dólares por barril a la misma hora.
Cabe destacar, que ambos tipos de petróleo bajaron de precio en los últimos días de septiembre: el Brent un 3,4% y el WTI un 4%.
La razón de la caída del precio fue la perspectiva de una recuperación cercana de la producción de petróleo libio y la especulación generalizada de que Arabia Saudita aumentaría su producción de crudo, así como la eliminación progresiva de las restricciones voluntarias de la OPEP+ a la producción de oro negro a partir del 1 de diciembre.
No obstante, la preocupación de los mercados ante las posibles interrupciones del suministro en contexto de los constantes bombardeos israelíes contra el Líbano y el asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasralá, hizo que los precios del petróleo recuperasen algunos puntos porcentuales de su caída, aunque algunos analistas no subestiman el impacto de estos acontecimientos.
«Creemos que algunos agentes del mercado del petróleo pasarán por alto esta escalada, dado que todavía no se ha producido una interrupción importante del suministro físico y que Irán no muestra ningún interés por entrar en este conflicto que dura ya casi un año», declaró la experta de RBC Capital Markets, Helima Croft, citada por Reuters.
El petróleo también se ve respaldado por las noticias procedentes de China, donde el índice de actividad empresarial (PMI) en el sector manufacturero subió en septiembre al nivel más alto en cinco meses, 49,8 puntos, y el PMI en la industria, de 49,1 en agosto a 49,8 en septiembre.
Asimismo, con anterioridad, las autoridades chinas anunciaron otro paquete de estímulos fiscales y tributarios para alcanzar el objetivo de crecimiento económico del 5% anual, lo que debería impulsar el crecimiento de la demanda energética.
Por último, el mercado está a la espera de las noticias sobre el futuro de la política monetaria estadounidense, ya que si la Reserva Federal de EEUU sigue bajando los tipos de interés en 2024 y el próximo año, la economía de ese país «podría acelerarse, y con ella aumentaría la demanda de energía», pronostica el portal Oilcapital.
Con información de agencias.-