La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra cada año el Día Mundial de la Medicina Natural o Tradicional, para rescatar y preservar ese saber ancestral de los antepasados. Desde 1991, la OMS dedica un día especial a reconocer la importancia de la medicina natural.
Más allá de tratar los síntomas, la medicina tradicional busca la raíz del problema, entendiendo al ser humano como un todo: cuerpo, mente y espíritu.
Durante siglos, las comunidades indígenas y ancestrales han confiado en sus propios conocimientos para cuidar de su salud y sigue siendo parte importante de la atención de salud en muchas regiones. Al menos 170 países del mundo usan hierbas medicinales, acupuntura, yoga y otras prácticas tradicionales.
La OMS, reconoce que estas prácticas, cuando se usa bien, pueden mejorar la salud. Además, estas terapias pueden complementar la medicina convencional.
Desde 1976, la OMS comenzó a estudiar y regular la medicina tradicional a través del programa de medicina tradicional para comprobar los beneficios de estos conocimientos ancestrales, pero sin poner en riesgo la salud.
Hoy en día, la OMS trabaja con países para crear normas y estándares que garanticen la calidad de la medicina tradicional. Es como ponerle un sello de aprobación a los remedios naturales. La idea es que estas prácticas se integren a los sistemas de salud de manera segura y efectiva.
Es fundamental un enfoque basado en las pruebas; incluso si las medicinas tradicionales se derivan de una práctica establecida desde hace tiempo y son naturales. Los productos y prácticas tradicionales pueden integrarse con la medicina moderna para apoyar la salud general y el tratamiento de afecciones de salud, aunque no deberían reemplazar o retrasar la búsqueda de atención médica convencional.
Cerca del 40% de los productos farmacéuticos modernos tienen una base de productos naturales: la aspirina se descubrió gracias a uso de la corteza del sauce; la píldora anticonceptiva se desarrolló a partir de las raíces de la planta ñame silvestre y tratamientos contra el cáncer infantil provienen de la planta vicapervinca.
Los estudios de la artemisinina para el control de la malaria, galardonada con el premio Nobel, comenzaron en la revisión de antiguos textos de medicina china. La vacuna antivariólica se inspiró en las antiguas prácticas de inoculación de comunidades de todo el mundo.
Gracias a estos descubrimientos, la ciencia se ha acercado a la medicina tradicional y está descubriendo los secretos de las plantas medicinales, las terapias ancestrales y otros conocimientos antiguos.
Con información de agencias.-