Un estudio realizado en el Instituto para la Vida y el Ambiente de Amsterdam determinó que el 85% ciento de las espátulas, cucharones, recipientes para comida para llevar y otros utensilios de cocina hechos de plástico negro reciclado contienen sustancias ignífugas que están relacionadas con problemas de fertilidad, retrasos en el desarrollo y tumores.
Estas sustancias químicas se introducen en los utensilios de cocina, los recipientes para comida para llevar y los juguetes cuando los fabricantes reciclan productos electrónicos ignífugos como televisores o carcasas eléctricas.
La autora del estudio, Megan Liu, explica que estos productos químicos que provocan cáncer no deberían usarse, pero con el reciclaje, están entrando en nuestro medio ambiente y en nuestros hogares de más de una manera y advierte que los altos niveles hallados son preocupantes.
Los retardantes de llama se han añadido a productos de consumo como cojines de sofá, teléfonos y materiales de construcción desde la década de 1970. No se descomponen fácilmente en el medio ambiente y son tan comunes que la gente ha encontrado estos químicos en la sangre, la leche materna y la orina de muchos estadounidenses.
En las décadas posteriores, la investigación entre personas expuestas con frecuencia a estos químicos, como trabajadores de fábricas y bomberos, los ha vinculado cada vez más con problemas de salud, según el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental.
Una vez en el cuerpo, estas sustancias químicas actúan como disruptores endocrinos, interfiriendo con el sistema hormonal del cuerpo. Esto perjudica la salud reproductiva, la fertilidad y el desarrollo, y podría provocar mutaciones que pueden volverse cancerosas, advierte el estudio publicado en la revista ScienceDirect.
Un creciente número de investigaciones sigue demostrando que las sustancias químicas están relacionadas con una serie de problemas de salud.
Un estudio de abril de 2024 que siguió a más de 1000 estadounidenses durante dos décadas descubrió que las personas con altos niveles de retardantes de llama en la sangre tenían un riesgo 300% mayor de morir de cáncer que las personas con niveles bajos de retardantes de llama en la sangre.
El cáncer de tiroides y de mama, que se sabe que están relacionados con sustancias químicas disruptoras endocrinas, fue común en estas personas.
Otra investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard descubrió que el 80% de las mujeres que se sometieron a un tratamiento de FIV para quedarse embarazadas tenían niveles de retardantes de llama en la orina.
Aquellas con los niveles más altos de estas sustancias químicas en su cuerpo tuvieron más dificultades para quedarse embarazadas, permanecer embarazadas y dar a luz a un niño vivo que aquellas con niveles más bajos de estas sustancias químicas en su cuerpo.
Los estudiosos indican que las empresas que fabrican utensilios de plástico reciclado deben hacerlo mejor y los grandes minoristas deben asegurarse de que los productos que venden, desde juguetes para niños hasta espátulas de cocina, no contengan productos químicos cancerígenos prohibidos que la gente lleve a su casa.
Con información AP