Al igual que hacía el señor Burns en el capítulo «¿Quién mató al Sr. Burns?», de Los Simpsons, la Agencia Espacial Europea (ESA) ha puesto en marcha un plan con el que pretende ocultar la luz del Sol. La misión, que recibe el nombre de Proba-3, tiene dos objetivos claros: Probar nuevas tecnologías de vuelo y estudiar la corona solar, la capa más externa del Sol.
Es importante este último objetivo para la ciencia, pues la corona solar puede arrojar datos muy interesantes sobre cómo el Sol genera el viento solar y crea tormentas geomagnéticas que pueden afectar a la Tierra.
La ESA puede lograr estos objetivos con dos naves espaciales que despegaron el pasado 5 de diciembre, una de ellas equipada con un instrumento coronógrafo que resultará clave en la misión.
Proba-3, la misión de la ESA para estudiar la corona solar
Como bien explica el equipo de investigadores en un artículo publicado en Digital Commons, la misión de la Agencia Espacial Europea consiste en ocultar la luz del Sol para así poder estudiar mejor su corona, que normalmente queda oculta por la potente luz de la estrella. Básicamente, lo que hará la ESA es crear un eclipse solar artificial que permita tomar fotos de la corona y así poder investigarla más a fondo.
Para ello, la ESA ha lanzado ya dos naves espaciales a bordo de un cohete indio. Una vez finalicen las primeras pruebas a principios de 2025, las naves se separarán para comenzar con los experimentos a nivel tecnológico. Una de ellas se encargará de bloquear la luz del Sol, dando lugar así al eclipse artificial, mientras que la otra se ocupará de tomar imágenes de la corona gracias al instrumento coronógrafo que equipa.
Lo particular de esta misión es que ambas naves espaciales cuentan con sensores e instrumentos de medición que les permiten moverse en completa sincronía a una distancia de 150 metros entre sí. Según los investigadores, esto permitirá un total de mil horas de observaciones científicas durante los 2 años que dura la misión, siempre con un trabajo autónomo por parte de las naves y sin que sea necesario el control activo de las mismas.
El artículo explicado nos permite saber más sobre el curioso funcionamiento de ambas naves. En concreto, se explica que el satélite que oculta la luz envía un láser hacia el coronógrafo, láser que rebota y que permite al primero de ellos rastrear la posición del segundo y así realizar los ajustes precisos para que la distancia entre ellos sea la necesaria.
Uno de los objetivos de esta misión conocida como Proba-3 es demostrar el funcionamiento de la tecnología de vuelo en formación precisa, que puede resultar clave para futuras misiones espaciales. Por supuesto, la misión también se realiza con el objetivo de conocer más información sobre la corona solar. Esta solo es visible durante los eclipses solares, pero estos apenas duran unos minutos y por ello la captación de información es muy limitada.
Según los datos publicados en el estudio, el coronógrafo podrá tomar fotos de la corona cada dos segundos. Estas imágenes son las que ayudarán a los científicos a buscar ondas de plasma de pequeña escala y rápido movimiento, ondas que podrían provocar el aumento en la temperatura de la corona. Además, también se planea investigar el resplandor del plasma, que está muy relacionado con la aceleración del viento solar.
«La mejor manera de demostrar que esta nueva tecnología europea funciona como se espera es producir datos científicos novedosos que nadie haya visto antes» apunta Josef Aschbacher, director general de la Agencia Espacial Europea. Si profundizamos más en el trabajo de la ESA, descubrimos que mantiene otras misiones interesantes relacionadas con el Sol. Por ejemplo, la que ha revelado que el Sol ha cambiado en los últimos dos años y ahora es mucho más virulento.
Con información Reuters