Tras varios meses de racionamientos eléctricos, el gobierno de Ecuador anunció el viernes el fin del apagón industrial que mantiene a siete grandes industrias sin provisión de energía. La medida ya había sido suspendida para los hogares.
A partir del 1 de enero se suspenden los cortes de luz para las industrias de consumo de alto voltaje, indicó la presidencia a través de un comunicado y señaló que con la medida “el país retomará la normalidad sin cortes ni racionamientos eléctricos”.
Según la presidencia, la medida se da gracias a la gestión gubernamental “para cubrir el déficit ocasionado por años de abandono al Sistema Energético Nacional”, pero expertos aseguran que se debe a una mejoría en las condiciones climáticas que han provocado lluvías en los últimos días en las zonas donde se ubican las principales centrales hidroeléctricas.
El país afronta la peor crisis energética de las últimas décadas con una sequía que afectó la generación hidroeléctrica —por la disminución de caudales de los ríos que alimentan esas plantas— de la cual depende más del 70% del abastecimiento de la demanda nacional. A ello se sumó, la falta de inversión en mantenimiento y gestión de la energía termoeléctrica que supla el faltante durante la época seca (octubre – marzo).
El déficit de generación de electricidad, según cifras oficiales, llegó a 1800 megavatios, propiciando la imposición de racionamientos de luz prolongados que llegaron a ser de hasta 14 horas diarias.
Desde el 20 de diciembre, el gobierno suspendió los cortes de luz para los hogares, pero los mantuvo para siete grandes industrias. Los racionamientos iniciaron en septiembre.
Arrancar el año dejando de lado los apagones es positivo no solo para la industria sino para el país, dijo a The Associated Press, Francisco Jarrín, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil. Pero “debe quedar la experiencia y buscar la forma de diversificar nuestra matriz energética” gestionando soluciones a mediano y largo plazo, incluyendo la inversión privada en generación, añadió.
Aunque no entregó una cifra, Jarrín calificó las pérdidas para el sector productivo como “incalculables”. “Las industrias han buscado la forma de sostener los empleos, pero nos preocupan los pequeños y medianos negocios”, dijo.
El ministro de Finanzas, Juan Carlos Vega, había estimado las pérdidas en unos 1.700 millones de dólares, que equivalen al 1,5% del Producto Interno Bruto.
Aunque el gobierno sostuvo que se está “asegurando un suministro continuo para todos los sectores”, expertos no descartan que en el siguiente estiaje los molestos apagones se repitan.
Con información de El Impulso.