Investigadores de la Clínica Mayo en Estados Unidos realizaron un estudio que arrojó que el impacto del cambio de horario en la salud cardiovascular en las personas es mínimo, tras realizar un modelo estadístico para buscar las conexiones entre el horario de verano y los problemas del corazón graves, incluidos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
El estudio analizó a 36 millones 116 mil 951 adultos de 18 años o más en la mayoría de los estados de Estados Unidos, mientras Arizona y Hawaii fueron excluidos debido a que estas entidades no observan el horario de verano.
Los investigadores se centraron en la semana inmediatamente posterior a la transición del horario de verano de primavera y otoño, cuando los relojes se adelantan o retrasan una hora. El autor principal del estudio, Benjamin Satterfield, precisó: «Analizamos cinco años en los Estados Unidos y descubrimos que es poco probable que exista una diferencia clínicamente significativa en la salud cardiovascular debido al horario de verano».
Los expertos encontraron que ocurrieron 74 mil 722 eventos cardiovasculares adversos a lo largo del estudio durante la transición del horario de verano de primavera a otoño. Se documentó un evento cardiovascular adverso cuando una persona fue hospitalizada con un diagnóstico primario de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, shock cardiogénico o paro cardíaco.
También, señalan que la práctica del cambio de hora tenía como objetivo alinear las actividades sociales y laborales con las horas de luz y conservar energía con la utilización de menos iluminación artificial.
Con información de VTV