Años atrás, el CEO de Apple ofreció una visión detallada sobre los desafíos y las realidades de trasladar su producción a Estados Unidos para vender sus iPhones, una explicación que sigue siendo clave para entender por qué la mayoría de estos dispositivos se ensamblan en otros lugares, principalmente en China.
Ahora con la implementación de los aranceles por parte de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, la pregunta sobre la viabilidad de fabricar el iPhone en Estados Unidos vuelve a la palestra.
El dilema del «Made in USA» tecnológico
En el ámbito tecnológico, el temor a estos aranceles se ha manifestado de manera significativa, dado el liderazgo de Estados Unidos en este sector.
Las expectativas sobre cómo reaccionarán otras naciones han llevado a una caída en el valor de las acciones de las grandes empresas tecnológicas.
Musk sostiene que Tesla produce la mayor parte de sus vehículos en Estados Unidos; sin embargo, esta situación no se aplica a todas las empresas del sector. Apple, por ejemplo, ha mostrado gran preocupación ante los nuevos aranceles al comercio exterior.
El gigante de los smartphones depende en gran medida de otros países para la fabricación de los iPhone, especialmente de India, Vietnam y China, a los que se les han impuesto aranceles del 26%, 46% y 125% respectivamente.
Esto podría resultar en un aumento del precio de los iPhone superior al 40%, lo que afectaría negativamente el bolsillo de los consumidores
La situación se complicaría aún más si Apple decidiera trasladar sus fábricas a Estados Unidos, ya que, según los analistas, el costo del próximo iPhone podría alcanzar los 3500 dólares, es decir, tres veces el precio actual.
Con información Banca y Negocios



