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martes, abril 22, 2025

El papa Francisco apareció en el Vaticano durante la misa del Domingo de Ramos

Aún convaleciente de una grave afección respiratoria, el papa Francisco, sorprendió a los fieles al presentarse inesperadamente en la Plaza de San Pedro, al término de la misa del Domingo de Ramos, marcando una significativa aparición pública al inicio de la Semana Santa.

El pontífice de 88 años, quien estuvo hospitalizado durante 38 días por una neumonía bilateral y otros problemas respiratorios, se presentó en silla de ruedas pero sin las cánulas nasales de oxígeno que había utilizado en ocasiones anteriores durante su recuperación.

“Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”, expresó brevemente Francisco desde el altar central de la plaza, donde saludó al cardenal argentino Leonardo Sandri, quien presidió la celebración eucarística por delegación papal.

A pesar de las recomendaciones médicas que establecían al menos dos meses de reposo, esta aparición se suma a otras tres salidas públicas que el papa ha realizado desde que abandonó el Hospital Gemelli de Roma el pasado 23 de marzo, incluyendo una recepción sorpresa a los reyes Carlos y Camila del Reino Unido.

El mensaje de Francisco: “Tender la mano al que ya no puede más”

Aunque el papa no pudo presidir la misa ni pronunciar personalmente su homilía, su mensaje fue leído por el cardenal Sandri, vicedecano del colegio cardenalicio. En el texto, Francisco exhortó a los fieles a “tender la mano al que ya no puede más” y a convertirse en “cireneos los unos para los otros”, en referencia a Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a cargar la cruz.

“La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”, señalaba el mensaje papal, invitando a los fieles a vivir la Semana Santa con un compromiso concreto: “Decidamos durante la Semana Santa cómo llevar la cruz; no al cuello, sino en el corazón”.

En su reflexión sobre el Cireneo, el papa destacó que “Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación” y preguntó a los creyentes si reconocen “a los cireneos que llevan la cruz de Cristo” en los rostros “desgarrados por la guerra y la miseria”.

La homilía concluyó con una reflexión sobre el significado de compartir el sufrimiento: “Frente a la atroz injusticia del mal, llevar la cruz nunca es en vano, más aún, es la manera más concreta de compartir su amor salvador”.

Con información de agencias.-

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