Por: Francisco Delascio Chitty
En el año de 1975, herborizando en la Sierra de Perijá (Zulia), me tropecé con insurreccionales, tratantes de personas, narcotraficantes y una comunidad de indígenas Japrerias en un área boscosa del río Palmar. Su vivienda, una troja con techo de hojas de “bijao”, alrededor de un fogón, desnutridas personas, las mujeres con faldas roídas y torso desnudo; hombres con camisas solamente y una especie de guayuco de larga franela. En ese grupo, una anciana llevaba la cabeza rapada y la cara pintada con cenizas, luego me enteré por baqueano que ella estaba de duelo por la muerte de su marido. Los Japrerias, también son llamados, Saprerias, Sapriles y Motilones mansos. El término de motilón proviene del corte de cabello; esta voz al parecer data de los años de 1627, aplicándose a individuos “belicosos” renuentes al sometimiento tanto de extranjeros como de connacionales (esto, todavía existe en el país bajo consignas religiosas y partidistas). Sobre ellos, se tramaron muchos relatos, uno muy singular fue la existencia en la serranía de Perijá de “motilones blancos, nictólopes y ojos azules, por la captura de unos albinos, dando así pábulos a la leyenda de indios rubios”. Los Japrerias pertenecen a la familia lingüística Caribe, para algunos antropólogos, la lengua, tradiciones y más de este reducido grupo está a punto de desaparecer. Con respecto al Bijao, Platanillo, Guanasana o “Turia-Yek” en pemón, ella es una hierba rizomatosa de 4 m de alto; hojas oblongas de 1 m de long; inflorescencias erectas de 50 cm de largo, con 8-15 espatas o brácteas, rojas con borde superior verde y líneas blancas cerosas, glabras, anaranjadas o verdosa-amarillentas internamente; flores blanca-verdosas; fruto azul, carnoso. Su nombre técnico es Heliconia bihai, el primer epíteto proviene del latín “heliconius” y del griego “helikonios”, en referencia al monte Helicón en Beocia (Grecia), lugar sagrado dedicado a Apolo; y sitio de inspiración de las Musas; mientras bihai, es latinización de la voz taina “bijao”. Las Heliconias son nativas de la América Tropical, islas del Pacífico e Indonesia, existiendo unas 250 especies. En Venezuela tenemos alrededor de 30 de ellas, ocupando así el sexto lugar en el mundo. El Bijao se desarrolla en el país entre 0-1500 m de altitud en casi todos los estados, prospera tanto en sitios sombríos como expuestos al sol, suelos pantanosos, orillas de quebradas. Las hojas se utilizan como envoltorios para ahumar alimentos, elaborar vasos y techar (aunque no son muy duraderas). Los rizomas en decocción bebible o en cataplasma se aplican como antiofídico. Por su sistema rizomatoso sirven para estabilizar suelos en laderas. Las espatas, al acumular agua, se convierten en microambientes para larvas de insectos, anfibios, como bebederos y bañeras de ciertos animales. Sus llamativas inflorescencias se emplean como ornamentales. La planta, es polinizada por un bello picaflor o colibrí; el coliazul: Amazilia tobaci (obs.per.).
Francisco Delascio Chitty.-
