El cuerpo de la venezolana Wilmary Carolina Guerra Montilla, de 32 años de edad, fue hallado enterrado en la finca Las Palmitas, zona rural de Manatí, en el departamento del Atlántico (Colombia).
A través de una amiga de la víctima, se conoció que la joven salió de su casa el 18 de septiembre de 2023 y no regresó. La misma persona le informó a los padres de Wilmary que la joven iba a una finca donde la habría citado su expareja, Franklin Jesús Trillos Yance, de 32 años, colombiano.
Ante esto, en el mismo momento de su desaparición, su padre, Wilmer José Guerra, de 63 años, viajó desde el estado Zulia hasta Barranquilla. El 18 de septiembre fue el último día que pudo hablar con ella. El hombre intentó contactarla por Facebook; los mensajes eran leídos, pero nunca fueron respondidos.
Y luego se comunicó con el hombre con el que supuestamente se había ido su hija, pero este le dijo que había llegado del trabajo ese 18 de septiembre y su madre le había dicho que Wilmary se había ido.
Sin embargo, uno de los principales sospechosos era precisamente la expareja de la chica, quien mostró varias contradicciones durante su interrogatorio. Pese a ello, el exesposo fue dejado en libertad.
Con el pasar de los meses y sin respuesta de las autoridades, alguien le escribió a Wilmer por redes sociales para decirle que a su hija la habían llevado a una finca y la habían matado.
Aunque el hombre informó a los investigadores, estos no prestaron atención. Luego habría recibido otro mensaje donde daban la dirección exacta de la finca.
Wilmer comenzó la búsqueda usando estas coordenadas y un video que Wilmary había enviado a sus amigas. Estando en Manatí solicitó ayuda policial; y tras internarse en trochas hallan la finca, cuyo capataz era Gleimer Trillos, hermano de Franklin.
Es allí cuando comienzan a interrogar a Gleimer, quien niega haber visto a su hermano Franklin ese día. Pero luego de varios interrogatorios, finalmente termina confesando lo ocurrido, y llevó a las autoridades donde enterraron el cuerpo.
“El 22 de mayo, Gleimer condujo a los soldados y al antropólogo al sitio, cavaron dos metros y hallaron los restos de mi hija. Primero los huesos de un brazo, luego la ropa que llevaba puesta y unas chancletas quemadas. Ese día, a las 8 de la noche, los restos fueron trasladados a Medicina Legal en Barranquilla. El capataz quedó detenido”, contó el padre.
Aunque el hallazgo se produjo el jueves 22 de mayo, fue hasta el domingo 25 de mayo que los exámenes antropológicos que realizaron al cuerpo confirmaron que se trataba de Wilmary Guerra. El paradero de Franklin Trillos sigue siendo desconocido.
Con información de La Nación



