La confrontación entre Israel e Irán escaló drásticamente este viernes, luego de que Israel confirmara un ataque aéreo masivo sobre Teherán y la subsiguiente respuesta iraní con misiles dirigidos a territorio israelí. Los incidentes marcan el inicio de lo que autoridades israelíes han calificado como “la campaña más compleja de nuestra historia”.
El ataque israelí, que involucró a 60 aviones de combate que lanzaron aproximadamente 120 municiones guiadas durante la madrugada, tuvo como objetivo principal instalaciones militares e industriales iraníes vinculadas a la producción de misiles.
La Fuerza Aérea israelí precisó que los blancos incluyeron “plantas industriales militares para la fabricación de componentes de misiles” y centros de fundición de motores, considerados estratégicos por el Ministerio de Defensa de Irán. Entre las instalaciones atacadas se encuentran la sede de Spand y la Organización de Innovación e Investigación Defensiva (Spnd), esta última vinculada previamente por Estados Unidos al desarrollo de armas nucleares.
Horas después, Irán respondió con una serie de ataques con misiles contra diversas ciudades israelíes, incluyendo Haifa, Bersheva y zonas residenciales del sur. Las sirenas de alerta se activaron en todo el país. Según autoridades israelíes, estos ataques causaron la muerte de una mujer y dejaron al menos 23 personas heridas, dos de ellas de gravedad. La televisión estatal iraní difundió imágenes de los misiles sobre Israel, mientras el ejército israelí confirmó los ataques iraníes sobre Rasht y urgió a la población a evacuar zonas industriales clave.
Guerra abierta y advertencias graves
El portavoz militar israelí, general de brigada Effie Defrin, declaró que la operación “apenas comienza” y anticipó nuevos ataques contra objetivos en el oeste de Irán y otras regiones. Por su parte, el jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Eyal Zamir, advirtió a la ciudadanía que se prepare para “una guerra prolongada”.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación. Desde Viena, el director del OIEA, Rafael Grossi, alertó sobre la posibilidad de una “catástrofe nuclear” si se produjera un ataque contra la central nuclear de Bushehr, aunque confirmó que, hasta el momento, no se ha registrado fuga radiactiva alguna.
Escalada diplomática y protestas masivas
La ofensiva israelí ha provocado un colapso parcial en servicios básicos en Irán, escasez de alimentos y cortes de internet. Paralelamente, decenas de miles de iraníes participaron en manifestaciones organizadas por el gobierno bajo el lema del “Día de la Victoria y la Ira”, coreando consignas contra Israel y Estados Unidos.
El líder supremo Ali Khamenei, en un mensaje en X (anteriormente Twitter), aseguró que “El enemigo sionista está siendo castigado ahora mismo”.
Las negociaciones diplomáticas entre Washington y Teherán han sido interrumpidas tras el inicio del conflicto. La Casa Blanca advirtió que Irán podría obtener un arma nuclear “en cuestión de semanas”. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Tel Aviv tiene la capacidad de “golpear todas las instalaciones nucleares iraníes” y dio la bienvenida a cualquier ayuda externa. Khamenei replicó que cualquier intervención directa de Estados Unidos causaría “daños irreparables”.
Tensión regional en aumento
La tensión se intensificó aún más tras el ataque iraní al Hospital Soroka en Beersheba, el hospital más grande del sur de Israel, que dejó al menos 40 heridos. Netanyahu prometió represalias contundentes y subrayó que Irán “pagará un alto precio”.
El miedo y la incertidumbre se apoderan de la población civil en ambos países. Mohamad Hasan, un estudiante iraní que logró huir a Pakistán, describió la situación como “aterradora”, mencionando las sirenas, los lamentos y el constante peligro de ser alcanzados por misiles.
Con información de agencias.-