El Gobierno de EE. UU. ordenó este jueves la retirada de su encargado de negocios en la embajada de Bogotá, John T. McNamara, en una medida de «protesta» por las declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien solicitó a Washington investigar supuestos planes golpistas en su contra.
La decisión se produce tras la filtración de audios que implicarían a congresistas norteamericanos en un intento por sumar al secretario Marco Rubio a un plan para derrocar al mandatario colombiano.
En respuesta a la acción del Gobierno de Donald Trump, el presidente Petro anunció la llamada a consultas del embajador colombiano ante Estados Unidos, Daniel García-Peña Jaramillo. «Corresponsablemente a la llamada a consultas del señor McNamara, encargado de la embajada de EE. UU. en Colombia, llamo a consultas a nuestro embajador Daniel García-Peña en los EE. UU.», declaró Petro, urgiéndole a informar sobre el desarrollo de la agenda bilateral.
El jefe de Estado colombiano, a través de su cuenta de X, reivindicó la autoría de sus comunicaciones y explicó que todas sus cartas a su homólogo Trump las ha escrito personalmente.
Desde Washington, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Tammy Bruce, confirmó que el secretario de esa cartera, Marco Rubio, retiró a McNamara –quien servía como encargado de negocios de manera interina desde febrero– para «consultas urgentes tras declaraciones infundadas y reprochables de las más altas esferas del Gobierno colombiano». Aunque la portavoz no detalló a qué declaraciones específicas se referían, la decisión coincide con los reclamos públicos de Petro al Gobierno estadounidense por un presunto plan para presionar su salida del poder, supuestamente impulsado por su excanciller Álvaro Leyva.
Pese a la escalada, la portavoz del Departamento de Estado enfatizó que EE. UU. aún considera a Colombia un socio estratégico en el hemisferio.
Audios revelados y planes denunciados
El presidente Petro ha sido enfático en sus denuncias. «Hay un golpe en flagrancia y hay que investigarlo y solicitarle a la justicia de los EE. UU. que investigue”, aseguró en su cuenta de X.
Según audios revelados por el diario El País, el excanciller Álvaro Leyva habría intentado contactar a los congresistas estadounidenses Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez para convencerlos de ejercer «presión internacional» que llevara a la salida de Petro del poder.
Leyva habría buscado acercarse incluso al secretario de Estado, Marco Rubio, en este presunto plan. Ambos congresistas han negado cualquier vínculo con el supuesto plan golpista del excanciller.
Petro ha denunciado múltiples amenazas en su contra, algunas provenientes de grupos armados ilegales, y un «golpe blando» en el que sus opositores buscarían sacarlo del poder utilizando las instituciones. En un episodio previo, el presidente colombiano afirmó haber sido alertado por la Embajada estadounidense sobre un plan para atentar contra su vida, lo que evitó su concreción. «Las veces que me han querido matar me ha ayudado el Gobierno anterior de los EE. UU.», señaló Petro, refiriéndose a la administración de Joe Biden.
«De aquí en adelante, sigue la espada de Bolívar su camino libertario, y la energía de la luz y el pueblo vibrante, ¿y el Gobierno de los EE. UU.?», planteó Petro en aquella ocasión.
La decisión de retirar al encargado de negocios de EE. UU. se produce en un momento delicado, en medio de la evaluación de la «certificación de lucha contra las drogas» que realiza unilateralmente el Gobierno norteamericano, un proceso en el que Colombia corre el riesgo de ser «desertificada».
Con información de agencias.-



