Si se habla de piel saludable, firme, flexible y resistente, hay dos grandes protagonistas que vienen a la mente: el colágeno y la elastina. Usualmente, el colágeno suele llevarse toda la atención, pero la elastina es igual de importante si buscamos mantener una piel y tejidos conectivos en buen estado.
La elastina es una proteína natural que actúa como un resorte, permitiendo que la piel recupere su forma tras estirarse. Con el paso del tiempo, la producción de este nutriente en el organismo disminuye, por lo que contribuye así a la pérdida de elasticidad, la aparición de arrugas y la flacidez de la piel. Estas situaciones también afectan en gran medida a ligamentos, vasos sanguíneos y otros órganos que requieren una buena flexibilidad.
Aunque la elastina no se puede ingerir de forma directa, existen muchos alimentos que pueden ayudar al cuerpo a generarla de forma natural.
Al integrarlos en la alimentación diaria se puede hacer una gran diferencia y obtener una piel más firme y saludable. Pero se debe tomar en cuenta que estos cambios requieren constancia y paciencia, ya que los resultados se verán reflejados a largo plazo.
Dado que otorga flexibilidad y puede estirarse para volver a su estado original, la función principal de la elastina es permitir que los tejidos del cuerpo recuperen su forma después de ser contraídos o estirados.
Es decir, que gracias a la elastina la piel puede volver a su estado normal tras acciones tan sencillas como sonreír, arrugar la cara o mover el cuerpo. Además, también mantiene la salud de arterias, pulmones y otros órganos similares que suelen expandirse y contraerse todo el tiempo dentro del organismo.
No se puede consumir elastina de forma directa, pero lo que sí se puede hacer es ayudar al cuerpo a producir esta proteína con una dieta rica en antioxidantes, proteínas y otros nutrientes como la vitamina C, el cobre y el zinc. Estos compuestos son necesarios para que el cuerpo mantenga la producción y las reservas de elastina en buen estado.
Con información Agencias.-



