Cinco cazas de combate F-35 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos aterrizaron este sábado en Puerto Rico, uniéndose a un despliegue militar en el Caribe ordenado por el presidente Donald Trump. La movilización, que incluye un total de diez aviones furtivos, tiene como objetivo declarado contrarrestar a los cárteles de la droga en la región, según un informe de Reuters.
El despliegue ha sido calificado como una misión activa en nombre de los intereses nacionales de EE. UU. por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, quien visitó la isla para hablar con los marines allí destacados. Hegseth enfatizó que no se trata de un ejercicio de entrenamiento, sino de una operación para combatir el narcotráfico.
Medios locales han reportado un aumento de la actividad militar en la antigua base naval de Roosevelt Roads en Ceiba, donde se han visto helicópteros, aviones Osprey, aeronaves de transporte y personal militar estadounidense en los últimos días.
Este despliegue ocurre en un momento de tensión en la región. Previamente, Caracas denunció el «asalto ilegal y hostil» de un buque militar estadounidense contra una pequeña embarcación de pesca en aguas venezolanas.
Las fuentes de Reuters confirmaron que la Administración de Trump, ordenó la semana pasada el despliegue de los diez aviones de combate F-35 en Puerto Rico para llevar a cabo operaciones contra los cárteles de la droga.
Con información de agencias
