La relación entre la superestrella del pop, Britney Spears, y sus hijos, Sean Preston (20 años) y Jayden James (19 años), parece haber entrado en una fase de deshielo. Tras un largo periodo de tensiones y silencio, el diálogo ha sido retomado, según confirmó Kevin Federline, ex de la cantante y padre de los jóvenes, en una reciente aparición en el programa Talk Shop Live.
El acercamiento se habría producido tras la publicación de la autobiografía de Spears, You Thought You Knew. Aunque Federline indicó no haber hablado directamente con la artista, afirmó tener constancia de que ella «ha hablado con nuestros hijos», un avance que calificó de positivo. «Realmente espero que, a pesar de toda esta confusión, haya una luz al final del túnel», expresó el exbailarín.
Un distanciamiento marcado por tensiones públicas
El quiebre en la relación familiar había sido un tema recurrente en los medios, con Federline ofreciendo previamente detalles sobre el deterioro del vínculo. Anteriormente, el exmarido de Spears declaró que los jóvenes habían decidido cortar el contacto con su madre debido a «cosas impactantes» y comportamientos que habían presenciado en su casa, y que describió como «preocupantes» e incluso «aterradores».
Federline alegó que el temor de los jóvenes estaba asociado a posibles problemas de abuso de sustancias, algo sobre lo que él aseguró: «Absolutamente». Estas preocupaciones se habrían incrementado tras la publicación de imágenes y videos que mostraban a la cantante en situaciones de aparente inestabilidad.
La autobiografía de Federline y la reacción de Spears
El anuncio de la reconciliación surge en medio de la controversia generada por las memorias de Federline, donde narra diversos episodios que, según él, ejemplifican el comportamiento «errático» de Spears durante su convivencia familiar. El libro relata supuestas situaciones como agresiones a su hijo Sean Preston, poner en riesgo a Jayden James al ofrecerle mariscos pese a su alergia, y otros actos alarmantes, incluyendo el supuesto consumo de cocaína durante la lactancia.
Spears reaccionó a la publicación a través de Instagram, afirmando sentirse «harta» del «constante gaslighting» de Federline y describiendo el contenido del libro como «extremadamente doloroso». Por su parte, el equipo de representantes de la cantante insinuó que las memorias podrían estar motivadas por intereses económicos, señalando que el exmarido dejó de percibir manutención infantil.
Un camino hacia la reconstrucción
A pesar de las acusaciones y las declaraciones cruzadas, Federline se ha mostrado optimista respecto a la posibilidad de recomponer el lazo familiar. Aseguró que sus hijos «adoran a su madre» y que él está dispuesto a «ser el malo» si eso facilita la reconciliación. El contacto reciente entre la cantante y sus hijos marca un posible punto de inflexión después de años de distancia, incluida la decisión de los jóvenes de mudarse con su padre a Hawái.
Britney Spears no ha respondido públicamente a las afirmaciones más recientes de Federline, y su equipo de representantes tampoco ha ofrecido declaraciones adicionales sobre el estado de la relación.
Con información de agencias
