Por: Francisco Delascio Chitty
Es un fruto originario de la China y sureste asiático, cuyo cultivo data de unos 4000 años. El nombre de “mandarina, mandarim”, es una metonimia, tropo o símil con el cual los portugueses llamaron una fruta globosa, de concha anaranjada y dulce pulpa, por el color anaranjado de los trajes que vestían los mandarines: burócratas, consejeros, magistrados, gobernadores y allegados del alto gobierno de la China Imperial; y, solo ellos las cultivaban en sus mansiones.
Técnicamente, es Citrus reticulata, el primer epíteto deriva de la voz griega “kitrus” y latina “citrus”, agrio; y reticulata, del latín “reticulatum, reticulatus”, reticulado, con forma de red, en alusión a las finas fibras que cubren los gajos del fruto. Fue descripta 1837 por el fraile Francisco Manuel Blanco (1779-1845), autor de la Flora de Filipinas.
Árbol de 5 m de altura. Copa redondeada, ramas espinosas. Hojas lanceolada-aovadas, ligeramente aserradas. Flores blancas, fragantes, solitarias o en grupo de cuatro. Fruto globoso, carnoso, con tabiques membranosos, concha (epicarpio), anaranjada, anaranjado- rojiza, verde-amarillenta, provista de glándulas oleaginosas que exhalan perfume; pulpa carnosa dulce con 9-12 gajos o segmentos formados por pequeñas vesículas o bolsas contentivas de jugo dulce y cubiertas de hebras reticuladas (albedo).

Semillas piriformes u ovaladas, blanco-cremosas. La planta fue introducida a Europa, región mediterránea en 1805, igual que en Inglaterra; llegando a la América, vía Nueva Orleans, en 1840, expandiéndose desde allí a México, Centro y Suramérica. Entre los compuestos activos de la Mandarina existen: vitamina A, B9, B, C, aceites esenciales (limoneno, geranial, citral, citranelo, metilantranilato), criptoxantina, potasio, calcio, magnesio pectina, fenoles.
La Mandarina se consume como fruta fresca, en dulces, jaleas, jugos y salsas. La concha en decocción combate las náuseas en las embrazadas, la obesidad, vómitos, indigestión, diarrea, la gota (artritis por acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones), impotencia y eyaculación precoz. También con ella, se preparan sahumerios, jabones, cosméticos y aceites corporales; referente a estos últimos,, ellos son fototóxicos para algunas personas, por tanto, debe evitarse la exposición lumínica cuando ellas se las aplican, pues pueden producir alergias cutáneas.
En la actualidad, todas las Mandarinas que se consumen a nivel mundial son variedades de la especie original; en Venezuela, la más cultivada es la Dancy, cuyo fruto es oblongo-periforme, concha fina, ligeramente rugosa y de un dulce sabor. Entre algunos dichos populares tenemos: “El que mandarinas cosechas, lo transforma en antojo delicioso”; “Es como pelar mandarina” – algo muy fácil de hacer. “Ese tipo es una mandarina” – dominado por la mujer- “Chúpate esa mandarina”: expresión para decirla a alguien para que se aguante o trague su disgusto, ya que no puede responder.



