Entrevistamos al Dr. Víctor Muñoz, médico cirujano especialista en nutrición, acerca de la alimentación adecuada en la tercera edad.
Envejecemos no sólo biológicamente, muchas veces propiciamos más nuestro envejecimiento en nuestro entorno conductual, espiritual que físicamente, vemos normalmente personas de 65 años o más con mayor actitud y dinamismo que una persona de 40 o 45 años. Debemos estar conscientes cuáles son los cuidados y requerimientos nutricionales, que tenemos que tener para preservar nuestra salud, mental y física.
¿De los grupos de alimentos que conocemos en la pirámide de la alimentación, cuáles serían los recomendados para el adulto mayor y en qué proporción alimentaria?
“Cuando nos referimos a la pirámide de la alimentación, ésta consta de cinco partes ascendentes, la base siempre está compuesta por líquidos, entre 1.500cc a 2000cc, de 1.5litros 2litros por día, dependiendo si la persona no tiene problemas de retención de líquidos o alteración renal.
Fundamentalmente agua, o jugos, tés, infusiones, caldo, sopa o todo lo que sea líquido. En el segundo nivel de la escala en orden creciente, tenemos los vegetales y los cereales que se deben consumir en 4 o cinco porciones al día, luego en la tercera escala tenemos las legumbres, luego las carnes blancas, las rojas en muy poca cantidad, de tres a 4 porciones, los huevos de 2 a tres porciones por semana y en el pico de la pirámide tenemos los suplementos vitamínicos, que son aquellos que se ingresan, debido a que el organismo ya no es capaz de sintetizar o la ingesta de alimentación puede llegar a ser pobre y hay que suministrarlo por vía externa”.
“Los complementos alimenticios en la tercera edad, deben ser suministrados a nuestro organismo de una manera balanceada, lo que más preponderante ha de ser es el consumo de proteínas, los carbohidratos hay que cuidarlos. La persona al no teneruna actividad física compensada con la edad y si no tiene limitaciones de tipo osteoarticular.
Debe por igual ejercitarse, y proveerse de un consumo de calorías adecuado, en las mujeres de 1.800 a 2.300 kilocalorías en las que pasan de 65 años y en los hombres entre las 2400 a 2600 kilocalorías diarias. Los nutrientes importantes en éste sentido serian, los aminoácidos, las vitaminas, lácteos y suplementos alimenticios, obviamente si la persona tiene un plan de alimentación balanceado, no habría necesidad de hacer uso de las vitaminas. Insisto, evitar el abuso de los carbohidratos, de las grasas de origen animal y hacer uso de las grasas monoinsutaradas como el aceite de oliva, el girasol y el de maíz.”.
¿Cuáles necesidades en su consulta manifiestan las personas de la tercera edad y cuáles son los retos a enfrentar en materia de de educación alimentaria?
“Al pasar del tiempo arrastramos una conducta alimentaria, si tuvimos un plan de alimentación balanceado en toda nuestra vida desde niños a adultos, no vamos a tener problema para tener un plan de alimentación balanceado en la tercera edad. Entendiendo que tenemos limitaciones biológicas y que las mismas van a formar parte en la tercera edad y que si no nos cuidamos podamos alcanzar problemas de hipertensión, triglicéridos, diabetes, gastrointestinales, etc.; esto limitaría el programa alimentario balanceado de la persona. Por ejemplo una persona que tenga patologías gastrointestinales, se limitaría el consumo de alimentos que propicien flatulencia. Si la persona tiene hipertensión, bajar el consumo de sal y si la persona tiene diabetes, bajar o erradicar el consumo de azúcares refinados. Se debe tomar en cuenta la actividad física, la cual es de suma importancia, aún en la tercera edad”.
¿Cómo lograr en la ingesta alimentaria del adulto mayor, un mejor rendimiento a nivel mental e incluso evitar el Alzheimer?
“Esto es posible, se ha demostrado que el consumo de dátiles, avellanas, albaricoques, nueces, por ejemplo, proporcionan un efecto de sensación de plenitud y bienestar, combaten el estrés oxidativo y la depresión, por ello se les llama los alimentos de la alegría. Esto se debe a que aumentan los niveles de serotonina, las lagunas mentales e incluso el Alzheimer, se deben fundamentalmente al consumo de grasas trans en el organismo, las cuales forman placas de ateromas evitando la percusión sanguínea, bloqueando el oxigeno al cerebro, determinando una disminución de las neuronas y de los neurotransmisores. Las serotoninas, coadyuvan en el proceso de regeneración celular”.
“Estamos viviendo hoy en día de una conducta globalizada en la que las grasas y comida chatarra, junto a los carbohidratos, es lo prevalente. Esto degenera la posibilidad de una sociedad sana. Esta comida chatarra es tan perjudicial, pues la misma provee de información al hipotálamo, haciendo que repitamos la experiencia.
Hemos olvidado el consumo del mundo verde, las legumbres, hortalizas, cereales, lácteos, el yogurt que es tan importante para una buena digestión. Ya que a partir de la tercera edad, comienza a haber disminución de la flora intestinal ocasionando problemas de estreñimiento. Lo vemos muchos cuando las personas migran de las pequeñas a las grandes ciudades, el ritmo de vida, las colas el estrés las llevan a hacer solo dos comidas y de retorno a casa resuelven con harina o grasas. Estamos en el puesto N°22 a nivel mundial en casos de obesidad, alimentamos desde la infancia a los niños con harina, en vez de vegetales, hortalizas, frutas y pescado. Incluso a los ancianos se les recomienda sancochar los vegetales y consumir ese caldo, porque allí existen nutrientes, aminoácidos, sales minerales que les pueden aportar los requerimientos energéticos”
“Debemos estar conscientes por igual que muchos frutos verdes, son los indicados para luchar contra los radicales libres, al igual que el té verde. Es muy importante en la tercera edad evitar las frituras, cuando pasamos los alimentos por aceite a altas temperaturas, les restamos nutrientes y aportamos grasas poli insaturadas.
Debemos incluso consumir nuestras frutas, a ser posible con el sumo en estado natural, tratar de no colocarle agua ni azúcar refinada y consumirlo al momento que se prepara, porque a medida que pasa el tiempo, entra en un proceso oxidativo, lo que nos aportaría a nuestro organismo radicales libres; igualmente esto sucede cuando calentamos y recalentamos una comida, pierde los poderes nutritivos, fomentando la grasa poli insaturada. Por igual es muy importante al ingerir vegetales, consumir partes cocidas añadiéndoles el vegetal en estado natural”.
Con información de Noticias24.com