Pakistán acusó hoy a la Policía fronteriza de Afganistán de matar a nueve personas y herir a otras 42 al disparar contra soldados que protegían a un equipo del censo nacional, en la provincia occidental de Baluchistán.
“La Policía de fronteras afganas abrió fuego contra FC (Frontier Constabulary, la fuerza fronteriza paquistaní) que proporcionaba seguridad a un equipo del censo”, escribió en la red social Twitter el director de la oficina de comunicación del Ejército de Pakistán, el general Asif Ghafoor.
El superintendente adjunto del hospital de Chaman donde se trasladó a las víctimas, Akhtar Mohamed, indicó a Efe que nueve personas, entre ellas tres niños, han muerto y que 42 han resultado heridas a consecuencia de las acciones afganas.
El intercambio de disparos continuó durante horas en la frontera y se ha cerrado el paso fronterizo de Chaman, uno de los más importantes entre ambos países.
El general Ghafoor subrayó que la policía afgana ha puesto “trabas” a la realización del censo paquistaní en zonas de Chaman cercanas a la frontera desde finales del mes pasado, a pesar de que informaron a través de canales militares y diplomáticos del proceso de recuento de la población.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, calificó el incidente de desafortunado y pidió a las autoridades afganas que no se repitan estas acciones.
“Es la responsabilidad del Gobierno afgano que se asegure que estos incidentes paren permanentemente“, indicó Sharif en un comunicado.
Pakistán, el sexto país más poblado del mundo con unos 196 millones de personas, comenzó el 15 de marzo a censar a la población, en la primera encuesta de este tipo desde 1998.
Los intercambios de fuego entre fuerzas afganas y paquistaníes son inusuales en la línea de Durand, como se conoce la frontera creada tras un acuerdo entre los británicos y Kabul en el siglo XIX.
Las autoridades afganas no reconocen los 2.500 kilómetros de frontera que separa ambos países y que ha comenzado a ser vallada por Islamabad en algunas zonas.
Afganistán denunció en marzo incursiones y bombardeos con morteros paquistaníes en su territorio, después de que Pakistán decidiese cerrar la frontera tras un ataque contra un templo en el sur del país que ocasionó 88 muertos.
La frontera permaneció cerrada más de un mes, lo que provocó pérdidas millonarias a empresarios afganos, especialmente en las zonas limítrofes, además de haber dejado aisladas a personas a las que sorprendió el cierre a uno y otro lado de la línea divisoria.
Con información de Noticias24.com
