Todos estamos sometidos día a día al estrés, bien sea por sobrecarga de trabajo, falta de sueño, tráfico, problemas relacionados con la situación del país, etc. Estas eventualidades afectan, sin duda, la calidad de vida que llevamos, lo cual se refleja en diferentes órganos y sistemas del cuerpo como la piel.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo a las situaciones que lo amenazan y que repercuten en la estabilidad emocional y física. Es una forma de mantener alerta al organismo. Pero ante una situación de estrés prolongada, la respuesta del organismo se da a través del cansancio, la fatiga o un aspecto enfermizo.
Por su parte, “la piel como órgano importante del cuerpo también reacciona ante este estado anímico. La piel al igual que el sistema nervioso central se derivan en el proceso de formación del embrión del ectodermo, una de las tres capas primitivas que forman el embrión y posteriormente el feto.
No es por tanto sorprendente que la piel esté estrechamente vinculada al sistema nervioso y por tanto, al estrés, angustia, cansancio, cambios de humor”, afirma la Dra. Adriana De La Torre, especialista en dermatología.
Algunas señales o signos del estrés en la piel pueden ser:
· Color pálido, amarillo-grisáceo: esto se debe a que la dermis posee receptores que responden a las hormonas del estrés, provocando vasoconstricción de la piel y por ende, menor nutrición celular.
· Sudoración: las glándulas sudoríparas empiezan a producir sudor, en particular en la frente, las palmas de las manos y las axilas.
· Ojeras y rojeces: la piel se vuelve más rugosa, pierde luminosidad y frescor.
· Acné, eccema, psoriasis, picazón en la piel, dermatitis seborreica.
· Herpes oral y urticaria.
· Envejecimiento cutáneo.
Por suerte, existen ciertas recomendaciones que ayudarán a revertir los signos del estrés en la piel, sobre todo el del envejecimiento. Se debe procurar dormir entre 7-8 horas diarias, llevar una alimentación saludable, no abusar de alcohol, cafeína y cigarro, tomar la cantidad de agua necesaria y utilizar cremas hidratantes, entre otros.
Adicionalmente, existen otras formas efectivas y no invasivas de revertir los efectos del estrés y envejecimiento en la piel.
• Para la dermis o la parte profunda de la piel: lo ideal es la utilización del Ultherapy, único procedimiento no quirúrgico que trata específicamente las capas profundas de la piel sin lesionar su superficie.
Utiliza ultrasonido de alta potencia para tratar la flacidez cutánea en una única sesión, provocando la producción de nuevo colágeno de buena calidad. Además utiliza imágenes de ultrasonido, similares a una ecografía, que permite ver las diferentes capas del tejido al que se quiere alcanzar durante la sesión.
• Para la epidermis o capa más superficial de la piel: empleando diferentes tipos de láser e IPL, entre ellos Laser CO2, Q-swicht. Son ideales para tratamientos de manchas, melasma y pecas en la piel, poros dilatados, acné y rosácea. Son capaces de mejorar la textura de la piel, además de estimular la producción de colágeno y elastina a profundidad. También se recomienda los peelings químicos que funcionan como renovador celular y despigmentante.
“Diversos estudios han demostrado que las técnicas de rejuvenecimiento tienen efectos positivos sobre el estado anímico de las personas. Si se sienten atractivos y satisfechos con su apariencia, probablemente se desempeñen mejor en casi todos los ámbitos de su vida”, explica la Dra. De la Torre.
Con información de Noticias24.com