Antoine Griezmann anda de promoción. En Francia se han tirado 40.000 ejemplares de su autobiografía, ‘Detrás de la sonrisa’, y el futbolista se ha desplazado a París para presentarla en distintos encuentros con los medios de comunicación. Durante los mismos se le cuestiona sobre el futuro, y cada declaración que hace aumenta la incertidumbre respecto a su continuidad en el Atlético, más allá de que en el club aún exista cierta duda respecto a las verdaderas intenciones del 7: ¿estrategia para renovar al alza? ¿decisión de marcharse tomada?
Porque es cierto que ya se habían producido contactos para la mejora de contrato de Grizi, que el jugador había asegurado estar a gusto en el club rojiblanco, que se había molestado incluso cuando se le insistía sobre el tema (aunque eso, lo de molestarse, sólo le sucede en España) y que el domingo fue uno de los más activos en la fiesta de despedida del Vicente Calderón. Sí, todo eso es cierto. Tan cierto como que entre lunes y martes, ya de vacaciones, ya en su país, todas sus declaraciones han dejado la puerta abierta a una posible salida hacia el Manchester United, que a todo esto ni siquiera tiene aún plaza garantizada en la próxima Champions: se la jugará esta noche ante el Ajax, en la final de la Europa League.
Si Griezmann aparecía el lunes en un programa de televisión con cierta clave de humor (fue ahí donde cifró en seis sobre diez sus opciones de marcharse… y en siete sobre diez las de quedarse), ayer fue turno para medios escritos como Le Point o L’Equipe. Las palabras recogidas por uno y otro resultaban similares, lógicamente: «Hemos terminado terceros, ése era el objetivo, pero los jugadores queremos más. Quiero ganar títulos, he llegado a un punto en el que el juego bonito y marcar goles no es suficiente. Eso se ha acabado. Ganar títulos, eso es lo que voy a buscar este verano en el momento de decidir mi futuro».
Emociones fuertes
Conviene recordar, llegados a este punto, que el Atlético no sabe aún si podrá inscribir nuevos jugadores en el próximo mercado, pendiente como está de la resolución del TAS tras la sanción de FIFA por irregularidades en la contratación de menores. Hacia esa decisión apunta también Griezmann: «Con el Atlético nos hemos quedado en una final y en unas semifinales de Champions. Estamos cerca, pero nos ha faltado alguna cosa. El club mirará qué debe hacer. Dependerá de los fichajes. No sé si se comprenderá, pero todos los jugadores, ustedes los medios de comunicación, mi familia, saben que me gusta el fútbol para ganar títulos. Para vivir emociones fuertes. Esta vez quiero saborearlo. Ver qué se siente».
Así que en las frases más contundentes atiende a varios mercados, aunque todo apunta a que, de no pasar por el Wanda Metropolitano, su futuro pasaría por Old Trafford. «Hoy en día, si tengo que moverme no será un problema para mí. Puede ser Inglaterra, que está de moda, Alemania, China o Estados Unidos. Estoy listo para irme», asegura, aunque por otro lado se muestra satisfecho con su posición actual, en frase que no ha tenido tanto recorrido como las anteriores: «Ahora mismo estoy bien en Madrid». A la espera de comprobar el fondo, parece evidente que Griezmann no está cuidando las formas: su cláusula de rescisión es de 100 millones y salir resultaría tan sencillo como abonarla, sin necesidad de generar malestar alguno.