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jueves, noviembre 14, 2024

Hoy devotos de Betania recuerdan a la sierva de Dios María Esperanza

En ocasión de conmemorarse  13 años de la partida de María Esperanza Medrano de Bianchini, conocida como «la sierva de Dios», este lunes se llevará a cabo una Misa a las 3 pm en la capilla del Cementerio del Este, en La Guairita.

La celebración eucarística será oficiada por el Excmo. Mons. Georges Kahhale, exarca católico de la Iglesia Greco- Melkita en Venezuela y miembro de la Conferencia Episcopal Venezolana. De Estados Unidos viajó especialmente el padre Timothy Byerley, vicepostulador de la causa de beatificación de la sierva de Dios María Esperanza para asistir a este evento. Además el padre Juan Carlos Silva, el padre Orlando González y el padre Alexander Hernández concelebrarán durante esta Eucarística. La misma contará con la participación de la Coral de Betania

La Sierva de Dios

El 7 de agosto de 2004, partió a la patria del Señor con gran fama de santidad quien en vida fue la mensajera de la Virgen Reconciliadora de los Pueblos, Virgen de Betania, la sierva de Dios María Esperanza Medrano de Bianchini, quien en vida fue una esposa, madre y abuela de familia totalmente entregada a la evangelización, la propagación de la fe, y muy especialmente al amor a los sacramentos, comenzando por la Eucaristía:

“Eucaristía, esto es la base primordial de un católico verdadero que ama y siente a su Señor y que lo quiere llevar dentro en su corazón, en su pecho de hijo de Dios”, decía. Su respeto e inmenso amor a la Iglesia y sus representantes, contagió a todas las personas con las que tuvo contacto.

Siempre dejó una estela de amor a su paso demostrando con su ejemplo que se puede constituir una familia como iglesia doméstica, caracterizada por la asistencia diaria a la Misa, frecuencia en los sacramentos, especialmente de la Reconciliación y la Eucaristía, rezo del rosario y cumplimiento de los días de precepto, con celo apostólico.

Su lema siempre fue: “La humildad es el puente de cristal que nos conduce al cielo.” “Humildad y caridad a manos llenas”, “servir y no ser servidos”, “dar en continuación y sin descanso”, eran algunas de las frases que repetía con frecuencia y reforzaba en su vivir diario. Sus cuatro pilares fundamentales en la vida fueron: “Oración, meditación, penitencia y Eucaristía, éstas son mis armas”, decía.

Nota tomada de Globovision.com

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