Un equipo de científicos de Corea del Sur ha descubierto que las personas que comen solas experimentan un aumento de peso mucho más a menudo que las que comen en compañía, según un estudio, publicado en el sitio web Obesity Research & Clinical Practice.
Los especialistas han analizado los resultados del cuestionario, en el que participaron 7.752 personas, y calcularon con qué frecuencia los encuestados comen solos. De acuerdo con las estadísticas clínicas, los amantes de disfrutar de su comida en soledad eran más propensos a tener un síndrome metabólico y, como consecuencia, un aumento en la masa de grasa abdominal, estado de prediabetes, presión arterial alta y colesterol alto.
En los hombres que comen solos al menos dos veces al día, la probabilidad de un síndrome metabólico era un 64% más alta que en aquellos que preferían comer acompañados. En las mujeres, esta cifra fue del 29%. Al mismo tiempo, el riesgo de obesidad en los hombres aumentó en un 45%.
Los investigadores explican que la falta de apoyo social puede hacer a las personas sentirse menos motivadas para establecer y perseguir objetivos, como, por ejemplo, la alimentación saludable.
“Las personas que comen solas son más propensas a comer comida rápida no saludable o alimentos que, como los alimentos congelados o envasados, son rápidos de preparar. ¿Quién quiere cocinar una comida entera para una sola persona?”, comentó el profesor asistente del departamento de Psicología de Rutgers, la Universidad Estatal de Nueva Jersey (EE.UU.), Andrew Abeyta, a la cadena NBC News.
No obstante, el especialista indica que es necesario “hacer un esfuerzo consciente para planificar el futuro y establecer objetivos manejables para una alimentación saludable”.
La tradición de esculpir las calabazas para confeccionar los jack-o-lanterns no es ni cristiana ni americana. La tradición se originó en Irlanda de un festival pagano gaélico. La leyenda es que un hombre llamado Jack fue expulsado del infierno y sentenciado por el Diablo a caminar por el mundo eternamente.
Jack agarró un ascua del infierno y la puso en un nabo tallado para que funcionara como una linterna para alumbrarse el camino (véase la foto). De allí: ¡Jack-o-lanterns! Cuando la tradición inmigró a los Estados Unidos de Norte América, los pobladores decidieron que la calabaza, que es una planta del Nuevo Mundo, que es más grande se adaptaba mejor a esta tradición.
Recuerdo mi primer encuentro con una calabaza de Halloween. Mi padre le cortó el tallo a la calabaza amarilla y mi trabajo consistía en introducir mis pequeñas manos en la pegajosa gacha de pulpa, semillas y retorcidas hebras y extraer todo eso de forma que toda la cáscara quedara lista para el tallado.
¡Esto fue maravilloso! Yo era una niña sobreprotegida y mi madre nunca me permitió que me ensuciara. Entonces esto fue como una invitación para que yo jugara en el lodo. Ese material pegajoso se me pegó sobre los brazos, la cara, mi vestido y hasta en el cabello. Entonces mi padre talló los ojos, la nariz y una boca sonriente, colocó una vela dentro y puso aquello en la ventana frontal de la casa. Durante años no supe que las calabazas tenían otro uso, diferente de servir de Jack-O-Lanterns.
Entonces, si no celebran Halloween, ¿qué hacen los dominicanos con todas las auyamas, calabazas y zapallos, que son los nombres españoles para los pumpkins y squashes? Todas estas plantas pertenecen a la familia Cucurbitaceae, que generalmente se cultiva en las zonas tropicales y subtropicales, tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo.
En las Américas tenemos muchas variedades de calabazas, auyamas y zapallos que son nativas. Muchas de las cucurbits de Norteamérica son variedades de una planta comestible originaria de México, la Cucurbita pepo. Algunos científicos piensan que la calabaza es anterior al maíz en tanto que alimento cultivado para cosechar. En un lugar de Illinois, datado a alrededor de 5000 antes de la era cristiana, había ya restos de C. pepo. En una cueva de Oaxaca, en México, tenían semillas de fechas desde hace 8,000 a 10,000 años.
En la República Dominicana, el pariente más cercano al pumpkin americano es la auyama, Cucurbita moschata que se originó en América Central o en el norte de América del Sur, probablemente en Colombia. Los restos arqueológicos más viejos de esta especie se encontraron en el noroeste de México (en cuevas de Tamaulipas) y son datadas de 4900 a 3500 antes de Cristo. Estas especies generalmente se cultivan mejor en bajas altitudes con un clima caluroso y de alta humedad.
Vía: noticiassin