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lunes, noviembre 25, 2024

Señal explosiva en submarino argentino rompe ilusión de hallar con vida a marinos

La sorpresiva noticia de una explosión detectada en el área donde navegaba el desaparecido submarino «ARA San Juan» en el Atlántico sur desató en Argentina desolación, cólera y el sentimiento de que los 44 tripulantes murieron en alta mar.

La Armada (marina de guerra) reveló el jueves que dos fuentes, una de Estados Unidos y otra de Austria, registraron un ruido compatible con una explosión en el área que transitaba el sumergible antes de desaparecer el 15 de noviembre.

La nave se dirigía a su base en Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires. Aún no se aclaró por qué el dato de la explosión tardó 8 días en ser revelado.

Se trató de «un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión», dijo a la prensa en Buenos Aires el portavoz naval, Enrique Balbi.

«Nos está faltando saber dónde está el submarino y a qué profundidad está», señaló al dar el parte oficial nocturno. Buques y aviones de 14 países buscan al submarino en la zona donde se detectó el ruido compatible con una explosión.

La noticia había desatado más temprano muestras de dolor, angustia y furia en la base naval de Mar del Plata. Algunos familiares salieron llorando, otros se abrazaban sentados en el suelo desconsolados.

A Balbi le preguntaron si los tripulantes estaban muertos. «Hasta que no tengamos evidencia certera de dónde está (el submarino) no podemos concluir con una afirmación contundente», respondió.

En la zona de la explosión hay profundidades desde 200 a 3.000 metros. El «ARA San Juan» soporta descensos de entre 500-600 metros.

«Soy viuda»

«Vine por primera vez a la base (naval) y me acabo de enterar que soy viuda», dijo Jessica Gopar ahogada en lágrimas, esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido, tras ser informada este jueves sobre una explosión el día en que se perdió contacto con el sumergible en el Atlántico Sur.

Fernando Santilli, electricista del «ARA San Juan», «fue mi gran amor, estuvimos siete años de novio, seis de casados y tenemos un hijo, Stefano, que nos costó mucho que Dios nos mandara. Ahora cómo le voy a decir que no tiene papa», dijo Gopar en la puerta de la base naval de Mar del Plata.

«Se hizo una búsqueda para quedar bien, porque mandaron una mierda a navegar, en 2014 ya había tenido problemas porque no pudo emerger y eso no trascendió. Ahora no me importa que se sepa todo si total él ya no está», dijo Itatí Leguizamón, abogada y esposa del tripulante Germán Suárez.

La explosión se detectó tres horas después de la última comunicación del submarino con su base.

Balbi precisó que si un submarino sufre una explosión «no va a terminar nada flotando en superficie». Un submarino «implota, no hay nada que salga» a la superficie, dijo. El casco es muy resistente.

¿En el fondo del mar?

Siete días de temporales en la zona de búsqueda abonaron esperanzas de que el capitán del submarino hubiera preferido asegurar una navegación sumergido en vez de emerger, como indica el protocolo al perder comunicación.

Pero no fue detectado en la ruta que debía seguir desde Ushuaia, en el extremo austral del país, a su apostadero. Debía haber llegado a puerto entre el domingo y el lunes.

«Un grave problema con las baterías puede generar hidrógeno. Hidrógeno por encima de cierto porcentaje es explosivo. Explota por sí mismo. Si hubieran tenido una explosión…. entonces todo está perdido», dijo a la AFP un excomandante de submarino que pidió anonimato.

Gustavo Mauvecin, director del Centro de Medicina Hipérbárica de Mar del Plata, dijo a la AFP que «el tema del hidrógeno es siempre candente en ese tipo de vehículos. Los motores son eléctricos».

La exministra de Defensa, Nilda Garré, bajo cuyo mando se reparó al «ARA San Juan», dijo en un comunicado que el submarino fue «puesto a nuevo» entre 2008 y 2014 y que «no debería haber navegado si tenía alguna avería detectada».

Apoyo ruso

El «ruido» compatible con una explosión fue detectado a 400 km de la costa y 60 km al norte de la última posición comunicada por el submarino.   En esa zona se concentró la búsqueda, en la que participan buques oceanográficos con sondas de barrido y aviones con detectores magnéticos.

Unos 4.000 efectivos buscan al «ARA San Juan» en barcos y aviones de Argentina, Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Noruega, Perú, Reino Unido y Uruguay.

Rusia también comprometió su apoyo tras una comunicación con el presidente Mauricio Macri.

Estados Unidos envió dos cápsulas de rescate submarino que arribaron al puerto de Comodoro Rivadavia (1.750 km al sur de Buenos Aires). Un hospital fue puesto allí en alerta para recibir a los submarinistas.

 

 

 

Vía: La Razón

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