Recientemente la comunidad científica mundial ha experimentado unas controversias debido a unos estudios donde se asegura que el grupo sanguíneo de una persona influye sobre los diferentes aspectos.
Entre ellos están la salud, la asimilación de nutrientes, la respuesta al estrés y hasta la susceptibilidad a diferentes enfermedades pues resulta que los anticuerpos sanguíneos no se encuentran solamente en la sangre sino además, en todas las superficies de tejido que interactúan con el exterior.
El Dr. Peter D’Adamo, autor de Los grupos sanguíneos y la alimentación, es uno de los científicos más abocados a la investigación de esta corriente y, según sus estudios, existen necesidades nutricionales y de ejercicio específicas para cada grupo sanguíneo.
Sin embargo, antes de poner en práctica estos consejos, consulta con un nutricionista profesional que pueda asesorarte sobre los mismos.
Grupo 0
El grupo 0 es considerado el grupo sanguíneo original, y proviene de los ancestros del humano actual. Al ser principalmente cazadores, su dieta se basaba casi exclusivamente en proteína animal, suplementada con algunos frutos y bayas que recolectaban.
Según el Dr. D’Adamo, la dieta de los poseedores de este grupo sanguíneo ha de consistir en carnes magras de todo tipo: ternera, cordero, pollo, pavo y pescado, enfatizando en pescados de alto contenido graso como el bacalao, la trucha o la perca.
A su vez, ha de limitarse el consumo de lácteos, huevos y gluten (evitando especialmente los derivados del trigo). Del reino vegetal, mejor reducir el consumo de legumbres y crucíferas.
En lo que refiere a ejercicio, este grupo funciona mejor con ejercicio regular de intensidad media/alta como running, natación, ciclismo y levantamiento de pesas.
Grupo A
Cuando el ser humano primitivo comenzó a asentarse, empezó a incorporar más vegetales y frutas en su dieta, desarrollando enzimas y bacterias digestivas capaces de digerir granos y vegetales de hoja que otros tipos sanguíneos tienen dificultad de procesar. Los primeros individuos de tipo A se remontan a esta época, por lo que es posible que el cambio en la alimentación haya tenido algo que ver en el origen de este grupo sanguíneo.
La dieta ideal de este grupo consiste en frutas carnosas como el melocotón, la manzana, la pera y el aguacate, verduras de hoja y crucíferas. La proteína ha de ser de origen vegetal antes que animal, por lo que han de ingerirse frutos secos, semillas, legumbres y soja. Los integrantes de este grupo sanguíneo son especialmente eficaces en digerir granos y carbohidratos de todo tipo, por lo que han de estar presentes en su dieta.
Por otro lado, han de evitarse los azúcares, la cafeína y el alcohol, y limitar el consumo de carnes rojas.
Con respecto al ejercicio, rutinas de yoga o tai chi son las más adecuadas para este tipo deconstitución sanguínea.
Grupo B
El grupo B se originó cuando el ser humano ancestral modificó su dieta como resultado de la domesticación de animales, incorporando lácteos a su dieta.
Es por eso que la leche, el yogur y los quesos son importantes para los poseedores de este tipo sanguíneo, así como las carnes magras de cordero, venado y ternera. Las carnes blancas han de ser ingeridas con moderación.
Con respecto a los vegetales, aquellos de hoja son los más beneficiosos, y las frutas altas en fructosa como bananas, uvas, piña y ciruelas.
Los granos, frutos secos y semillas han de ser evitados en lo posible, ya que resultan difíciles de metabolizar para los poseedores del grupo B.
El ejercicio ha de ser una combinación de actividad física y mental, por lo que deportes que incluyen un desarrollo de estrategia como el tenis, las artes marciales o el golf son los más beneficiosos para este grupo.
Grupo AB
El grupo sanguíneo AB es, además del más nuevo de todos, el más raro de encontrar, con una frecuencia de tan solo el 5% de la población mundial.
Siendo una combinación de los grupos A y B, el rango de opciones de alimentación es amplio e incluye características de ambos grupos, aunque predominan la adaptación al consumo de carne del grupo B y la baja acidez del estómago del grupo A, por lo que la dieta ideal del grupo AB ha de consistir en vegetales, mariscos, pescados de carne azul y carne de pavo. Los carbohidratos han de consumirse con moderación, y las carnes rojas y el pollo muy de vez en cuando. A su vez, el consumo de lácteos y huevos ha de ser importante.
En cuanto al consumo de frutas, limitar sólo aquellas particularmente ácidas como los cítricos.
Con respecto al ejercicio, ha de combinar un poco de cada extremo del espectro, alternando sesiones de ejercicio cardiovascular con otras disciplinas más relajantes como yoga, pilates o tai chi.
Con información de Grandes Medios