Si eres de las personas habituadas a comer sano, entonces también eres de los que compran productos por estar etiquetados como integrales, pero ¿realmente es como dice la etiqueta? es por ello, que el equipo de Cuerpomente te revela una serie de factores que deberías tomar en cuenta al momento de elegir tus alimentos “integrales”.
Se entiende que los integrales al contener el grano entero, son ricos en fibra y en otros nutrientes presentes en la cáscara y en el germen, que han sido eliminados en la versión refinada donde solo se conserva el almidón y una pequeña parte proteica. Esta es la razón por lo que los cereales integrales son más saciantes, mejoran el control de la glucemia, el tránsito intestinal y tienen compuestos que alimentan a las bacterias de nuestro sistema digestivo, entre otros beneficios.
Por tal razón, es que los expertos recomiendan sustituir los cereales refinados por integrales, recordando siempre que la base de la dieta deben ser las frutas, verduras y hortalizas.
Ahora bien, el problema radica al momento de hacer la compra. Ya que muchos de los alimentos son productos que nos venden como integrales, cuando la realidad es otra. Se trata de productos refinados a los que se las ha añadido salvado o tienen un porcentaje ínfimo de harina integral, o que simplemente se les ha dado un tono oscuro con melazas en el peor de los casos.
¿SABES DISTINGUIR UN PRODUCTO INTEGRAL DE UNO QUE NO LO ES?
Dicho artículo, continúa exponiendo que existen países donde la calidad de estos productos integrales se puede fácilmente poner en tela de juicio. Un ejemplo es España, dondela legislación sobre los productos integrales es muy laxa, lo que permite escribir al frente de un envase la palabra “integral” aunque no sea cierto. Por otro lado, también en otros países de Europa es más sencillo distinguirlos. Por ejemplo en Holanda solo se permite llamar a un pan integral si tiene al menos la mitad de su harina integral y Alemania va aún más allá exigiendo un 90% para el pan y un 100% para la pasta.
En este sentido, la única manera que nos queda de asegurarnos es fijarnos en la lista de ingredientes:
NO SON INTEGRALES:
Los “ricos en fibra”, “con cinco cereales”, lo productos de un color oscuro o tostado, los que llevan semillas o copos de cereal por encima. Recordemos que los panes o productos de centeno tienden a ser más oscuros que los de trigo, por las propias características del cereal, y tendemos a creer que son integrales cuando no siempre es así, puede ser harina de centeno refinada.
SON INTEGRALES:
Aquellos cuyo primer ingrediente sea “harina integral de…. (trigo, centeno, espelta…)” o bien “harina de grano entero de….” Y que si llevan una mezcla de varias harinas o cereales, todas lo sean o al menos en un porcentaje superior al 75%.
PANES REALMENTE INTEGRALES
Panes de panadería: Aquellos que no llevan etiquetados. En ese caso nos veremos obligados a preguntar qué porcentaje de harina integral lleva.
Si es una panadería que dispensa pan precocido congelado (por desgracia es cada vez más habitual), en las mismas cajas vienen los ingredientes, y si es una panadería con obrador, conocerán la receta de aquello que elaboran. Además deberían disponer de las fichas técnicas de los productos a la venta donde los ingredientes vienen indicados. Y si en la panadería no se elabora pan 100% integral, es posible que puedas encargarlos tal cual y como lo prefieras.
PASTA INTEGRAL Y OTROS CEREALES
Respecto a las pastas, nos fijaremos en la lista de ingredientes, descartando aquellas que contengan harina o sémola más salvado y elige las fabricadas con harina o sémola integral, como hemos indicado.
En los cereales sin procesar, como el arroz integral, es más fácil, porque en este caso no pueden confundirnos. Si pone integral es que es integral, ya que no es posible falsear el grano entero.
GALLETAS INTEGRALES
Y por último en lo que respecta a productos de pastelería, galletas y demás, recalcar que aunque sean integrales no son un producto saludable. Ya que seguirán siendo productos cargados de azúcares añadidos y probablemente de grasas de mala calidad que no deberían formar parte de nuestra alimentación habitual.
Ten presente que siempre va a ser recomendable consumir cereales o derivados de los mismos como pan o pasta, que sean integrales en lugar de la habitual versión refinada.
Redacción E/A