La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) pidió hoy que los migrantes sean incluidos en las campañas de vacunación nacionales contra la COVID-19, y advirtió que no deben quedarse los últimos de la cola en el acceso a las herramientas para combatir la pandemia.
«Es esencial que abordemos las múltiples barreras hacia la cobertura sanitaria internacional y que los migrantes sean incluidos completamente en las campañas de vacunación nacionales», señaló hoy en un comunicado el presidente de la FICR, Francesco Rocca.
«La pandemia está teniendo un impacto catastrófico en las personas en movimiento, que con demasiada frecuencia se quedan en el olvido cuando se trata de acceder a los servicios de salud esenciales», continuó Rocca, un día antes de la celebración del Día Internacional de los Migrantes.
Los migrantes se encuentran en un riesgo muy alto de ser excluidos de estas campañas de vacunación, señaló FICR, que recordó que una distribución desigual de las vacunas no solo va a dejar atrás a los más marginados, sino que es un riesgo para la salud global si el virus no es controlado en las comunidades vulnerables.
Además, los refugiados son los que más han sufrido las consecuencias económicas de la pandemia, subrayó.
En Turquía, las deudas domésticas entre refugiados se han duplicado y más del 80 % de los encuestados en un estudio de la Cruz Roja en el país dicen haber perdido su trabajo debido a la pandemia.
Por otra parte, la situación de los refugiados en Honduras y Guatemala es crítica por el impacto de la pandemia y de la temporada de huracanes, que además ha incrementado la violencia.
En Grecia, después del incendio que destruyó el campo de refugiados de Moria en septiembre, las condiciones en el campo acondicionado para sustituirlo, el de Kara Tepe, se alejan mucho de cumplir los estándares internacionales, recordó la federación.
Tampoco es mejor la situación de los campos de refugiados en Sudán, que han recibido más de 50.000 etíopes desde que comenzó el conflicto en su país a principios de noviembre, recordó la organización con sede en Ginebra.
UR