Nicolás Maduro manifestó el interés de su gobierno por normalizar las relaciones internacionales, sirviendo este encuentro como una ventana para exponer su posición y perspectivas frente a los procesos que se están gestando en la nación caribeña, en términos de alcanzar consensos sociales que permitan apuntar a una estabilidad política y avanzar hacia un plan de recuperación económica.
En este sentido, Maduro se refirió a las sanciones implementadas y promovidas por el Gobierno de los Estados Unidos contra su administración, como “una política extremista, irracional, que originó una ruptura total entre EE. UU y Venezuela”, y según encuestas de su conocimiento; “más del 84% de la población venezolana rechaza todas las sanciones criminales y crueles”.
A través de fuentes consultadas por Bloomberg, funcionarios del Departamento de Estado han reaccionado a la propuesta de Maduro en relación con la normalización de las relaciones con EE. UU y cesar las sanciones. En tal sentido, los funcionarios consultados manifestaron una postura enfática, advirtiendo que mientras continúen las prácticas represivas del gobierno de Maduro hacia la oposición, la administración de Joe Biden seguirá, junto a sus aliados, manteniendo la presión.
Asimismo, sostienen que una modificación de la política de sanciones requeriría de cambios importantes por parte de Maduro, que incluirían un acuerdo con el líder de oposición, Juan Guaidó, que permita la resolución pacífica y democrática del conflicto político venezolano.
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