Guillermo del Toro con Pinocchio y Santiago Mitre con Argentina, 1985 se coronaron el martes en la 80ª edición de los Globos de Oro celebrada en Los Ángeles, unos premios que celebraron a la diversidad y a Steven Spielberg.
Con una gala televisada llena de estrellas de Hollywood, el Bevery Hilton de Los Ángeles presenció la edición más diversa de los Globos de Oro desde con estrellas asiáticas, negras y latinas a la cabeza de la ceremonia, quienes durante sus discursos expresaron lo duro que había sido hacerse un espacio en la industria hollywoodense.
Todo ello después de que los premios estuvieran a punto de desaparecer, tras dos años en los que se han enfrentado a numerosas críticas y boicots, con acusaciones de corrupción y falta de diversidad racial entre sus integrantes, tema que los organizadores enfrentaron esta noche con humor y constantes burlas.
El cómico afroamericano Jerrod Carmichael, presentador de la gala, fue el primero en recordar que los premios del año pasado no se transmitieron en televisión «porque la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood no tenía ningún miembro de raza negra hasta que George Floyd murió».