En consecuencia, los pacientes con enfisema pulmonar sufren una destrucción progresiva de sus alveolos pulmonares, las bolsitas de aire de los pulmones.
Esto provoca una destrucción del tejido pulmonar, así como un agrandamiento de los pulmones que los hace muy ineficaces, de forma que los diafragmas funcionan peor, así como la mecánica del paciente a la hora de respirar.
“Al destruirse las fibras elásticas del pulmón, este se va haciendo más grande, al quedar el aire atrapado. Estos pacientes padecen una sensación continua de falta de aire”, según explica la doctora Lorena Comeche, jefa asociada del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Según concreta la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el enfisema pulmonar es un tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en adultos y la cuarta causa de muerte en España.
Entre los síntomas del enfisema, la doctora Comeche apunta tos con mucosidad o sibilancias, falta de aliento o sensación de presión en el pecho, entre otros, aparte de que es frecuente en estos pacientes el desarrollo de infecciones en las vías respiratorias. La hinchazón en las extremidades, la pérdida de peso o la debilidad muscular son otros de los síntomas en algunas ocasiones.
El diagnóstico, prosigue, se conforma a partir de la historia clínica del paciente, de sus posibles antecedentes en la materia, de pruebas de laboratorio como los análisis de sangre, así como de otras pruebas de función pulmonar del enfermo y la toma de imágenes a través de radiografías o TAC de tórax.
Nuevas vías de tratamiento
La doctora Comeche subraya que, hasta ahora, a los pacientes con esta patología se les trataba con broncodilatadores, corticoides, rehabilitación e incluso con cirugía de reducción pulmonar.
“A todas estas herramientas el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ha incorporado la colocación de válvulas Zephyr, que ocluyen la vía aérea de una zona del pulmón distendido y se colocan a través de broncoscopia. Su colocación permite que el pulmón afectado disminuya de tamaño y que funcione de forma más eficaz”, remarca la doctora.
“Esos pulmones tienen así un tamaño más pequeño, se acomodan mejor a la caja torácica y tienen una mejor función pulmonar, funcionan de forma más eficaz”, resalta por su parte el doctor José María Echave-Sustaeta, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
“A través de un equipo de broncoscopia -añade- se instalan unas válvulas en el interior de los bronquios que permiten que los pulmones vayan reduciendo su tamaño de forma progresiva y su funcionamiento sea más eficaz”.
Mejora la respiración del paciente en apenas 24 horas
Constata este especialista que el paciente mejora clínicamente en las primeras 24 horas.
“Se produce una reducción de la dificultad respiratoria, mejora la calidad de vida del paciente, su función pulmonar y descienden las crisis de agudización de la función respiratoria, aparte de que se produce una mejoría de la supervivencia del enfermo”, afirma.
Entre sus ventajas, la doctora Comeche destaca que los pacientes indicados a los que se les ha implantado este dispositivo muestran una menor dificultad para respirar, así como una mayor capacidad de realizar ejercicio o una mejora en su función pulmonar y, en definitiva, en su calidad de vida.
No es una técnica para cualquier paciente
Ahora bien, no todos los pacientes con enfisema pulmonar se pueden beneficiar de la utilización de esta novedosa técnica, sino que esta está indicada para pacientes con una hiperinsuflación asociada a enfisema grave, con zonas del pulmón con poca o ninguna ventilación colateral.
“La selección de los pacientes es fundamental para que el tratamiento sea eficaz”, recalca el doctor José María Echave-Sustaeta.
Este experto detalla que antes de implantar estas válvulas en el pulmón del paciente es necesario realizar pruebas de función pulmonar, así como una cuantificación radiológica del enfisema, aparte de un análisis de los volúmenes de los lóbulos pulmonares a través de un software específico.
Según explica la doctora Comeche, la implantación de este dispositivo se lleva a cabo en quirófano mediante la realización de una broncoscopia. Esta intervención tiene una duración de entre 30 y 60 minutos en los que se colocan entre tres y cinco válvulas para ocluir un lóbulo completo del pulmón.
EfeSalud
