En medio del caos, siempre habrá la posibilidad de toparse con la “belleza inesperada”, aquello extraordinario que pasa a nuestro alrededor, que de pronto se hace visible y nos lleva a profundas reflexiones. En Ciudad Bolívar hay gente haciendo trabajos espléndidos por mejorar la calidad de vida de muchos. Pero, cuando se trata de favorecer a quienes son especialmente vulnerables, es justificado y hasta necesario reconocer, honrar y acompañar esa iniciativa que, además, nos debe enorgullecer como ciudadanos.
Es el caso del equipo que labora en el Servicio de Educación y Recuperación Nutricional del estado Bolívar, ente adscrito al Instituto Nacional de Nutrición, que diariamente atiende a cientos de niños que asisten (algunos incluso, permanecen recluidos durante un periodo de tiempo) para recibir la orientación, los cuidados y la alimentación en un plan de recuperación integral de pacientes con desnutrición.
“Nuestros niños reciben desde el desayuno, hasta la merienda de la tarde y la orientación para lo que deben cenar en casa, acompañado del suplemento vitamínico que ameriten, y que aquí les proporcionamos, para garantizar sus óptimas condiciones”, dijo Diosyeli Salavarría, coordinadora encargada del centro que atiende a pacientes “de alta vulnerabilidad social” de manera diaria y consecutiva.
“La atención abarca a más de 130 niños, porque tenemos distintos programas que abordan desde varios focos el problema, de esta manera tenemos un núcleo duro, que son los niños a quienes hacemos seguimiento permanente y podemos contar entre ellos unos casos extremos de desnutrición que hoy, felizmente, son niños recuperados al cien por ciento gracias a la acción de este equipo”, argumenta Diosyeli, quien si en algún momento tuvo resistencia a recibir la coordinación de la institución, hoy agradece la oportunidad de poder servir, de esta manera, al prójimo.
“La acción que tenemos es permanente, no nos quedamos en la oficina, con los pacientes que llegan voluntariamente, sino que vamos a las comunidades a buscar a esos niños que necesitan la atención, y a los padres que necesitan orientación sobre cómo llevar la alimentación de sus pequeños e incluso atendemos a abuelitos también”.
Y es que diariamente, el equipo multidisciplinario de este Servicio, compuesto por nutricionistas, médicos de familia, madres cuidadoras, cocineras y administradores; también ofrecen alimentación (a través del programa “platos servidos” para los padres o representantes acompañantes de los niños en observación), atención, suplementos vitamínicos, orientación y solidaridad a ancianos, mujeres lactantes y gestantes.
“Pudieran ser más, pero el traslado se hace difícil para quienes viven lejos, y no cuentan con los recursos para pagar transporte; sin embargo, estamos atentos, cuando alguno de los pacientes pasa días sin venir a evaluación, enseguida los llamamos para saber de ellos, es una labor constante”, indica Diosyeli.
“Es un trabajo que le permite a uno sentirse útil, apoyando a esas madres bolivarenses que echan adelante a sus hijos, y nosotros estamos aquí para decirles que no están solas, que aquí hay un lugar donde podemos apoyarlas y orientar la nutrición de los hijos”, aseguró Emily Mendoza, médico familiar encargada de la evaluación general de cada paciente del Servicio.
Sumar voluntades
El Servicio de Educación y Recuperación Nutricional (antiguo Fundacrensa), tiene su sede en el sector San Francisco de la parroquia Vista Hermosa, detrás de la Iglesia San Francisco, ahí laboran de lunes a viernes, día en el que entregan las meriendas y suplementos alimenticios que necesitarán los pacientitos durante el fin de semana.
Una acción integral que incluye días de recreación: “Un día a la semana lo dedicamos al esparcimiento, nos vamos a la piscina del Parque Bolívar y los niños reciben clases de natación y rutinas para la diversión, también reciben clases de gimnasia, de fútbol, contamos con el apoyo de personas en cada área que están pendientes de aportar también”.
De esta manera, están dispuestos a continuar sumando voluntarios, que contribuyan a la causa de seguir generando felicidad a los niños y niñas que asisten a la consulta. “Tenemos los brazos abiertos para recibir lo que cualquier persona o institución quiera aportar para sumarse a nuestro equipo a través de donativos: juguetes, calzados, ropa, tenemos niños que recibirán con alegría cada aporte”, expresó Diosyeli.
El impacto positivo que acciones como la del Servicio de Educación y Recuperación Nutricional tiene sobre tantos niños que anualmente acuden y hoy son historias inspiradoras de vidas transformadas gracias a este apoyo y, que de ser niños desnutridos, desarrollan una vida saludable y plena; vale sumar los esfuerzos necesarios para visibilizarlo, contribuir a través de la difusión de su mensaje de acción por amor al prójimo y sumar voluntades para que estas labores no se detengan, sino que continúen y se fortalezcan.
Marilyn Luis.-